Seis meses han transcurrido desde que el volcán Cotopaxi inició su actividad eruptiva y aunque muchos creyeron que su proceso estaba decreciendo, sucede todo lo contrario. Patricia Mothes, jefa de Vulcanología del Instituto Geofísico, explicó a Notimundo que las explosiones internas del coloso sí estaban ocurriendo, pero que su magnitud ha aumentado.
Mothes indicó que las explosiones no han podido ser sentidos por la población, ya que ocurren al menos a tres kilómetros bajo el cráter, y que las mismas son producidas por las presiones internas del volcán; es decir, por una especie de taponamiento del conducto, lo que no permite que los gases y el material del coloso sean expulsados. De igual manera, explicó que los sismos volcano-tectónicos ocurren desde septiembre del año pasado y que los mismos han decrecido de 150 aproximadamente, a 50 y 60 por día. Aclaró que estos sismos son, la mayoría, de magnitud 1, por lo que en la superficie no se pueden sentir. «Cuando son de magnitud mayor a tres, pueden ser sentidos en la superficie», precisó.
Mothes señaló que «últimamente no ha habido presencia de ceniza» en el volcán, pero que durante el pasado fin de semana se registraron sismos breves que podrían ser señales de presencia de ceniza. De igual forma, comentó que la emisión de gases ha bajado considerablemente, «muy parecido a lo que sucedía en abril y mayo de 2015». No obstante, Mothes aclaró que «un volcán que está en vías de dormir o descansar, no va a tener tantos sismos y explosiones internas como tiene el Cotopaxi».