La ecuatoriana Diane (33 años), antes llamado Luis, y su esposo venezolano Fernando (22), antes María, son activistas del colectivo de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales (LGBT) y pareja desde hace dos años y medio.
Diane contó a Efe que la noticia del embarazo le llegó a principios de octubre cuando participaba en un encuentro de colectivos LGBT en Tegucigalpa.
La noticia le afectó de tal manera que en la reunión en la capital hondureña probablemente pronunció el peor discurso de su carrera como activista.
A su retorno a Guayaquil, ciudad donde residen, conocieron que el alumbramiento probablemente será entre el 4 y 6 de junio, y en ese momento decidieron no averiguar sobre el sexo de su hijo.
«Siempre se quiere conocer el sexo, para luego asignar a la criatura roles de comportamiento», según sea hombre o mujer, y por eso se decidió evitar conocer ese aspecto como respuesta a la «cultura patriarcal» que prevalece en la sociedad, comentó Diane.
«Tenemos curiosidad, no lo vamos a negar, pero independientemente que sea hombre o mujer no lo vamos a estereotipar», subrayó al reiterar que el futuro de su primogénito lo «decidirá él. Si quiere ser hippie o empresario, si quiere ser de derecha o izquierda, será su problema, su decisión», apostilló.
No importa si es «niño o niña. Que crezca en medio de felicidad y que aporte a la sociedad a su manera» es lo que vale, agregó.
Diane precisó que el embarazo de su esposo se ha dado de forma «natural», por fecundación sexual, pero dejó en claro que no dejarán de luchar por el derecho a la adopción o la fecundación in vitro para alcanzar la plenitud familiar.
Quizá lo natural del embarazo, opinó, sea la causa para que sectores conservadores de la Iglesia católica de su país, críticos a varias iniciativas de la comunidad LGBT, no hayan reaccionado a la noticia de la concepción de su esposo.
Recordó que el año pasado, cuando se aprobó una ley que permite la unión de hecho, sin distinción de la opción sexual, un alto representante de la Iglesia de Guayaquil les tildó de «virus».
Ahora «no ha habido pronunciamiento» alguno y si en el futuro se expresan críticas «nos tiene sin cuidado (…). ¿Qué nos pueden reprochar?», se preguntó.
No obstante, admitió que su caso es incluso un «tabú en la propia comunidad» LGBT. «Los transexuales podemos tener hijos» y es tan valido como la adopción u otros métodos de fecundación, agregó.
Asimismo, dijo que, si bien ha habido avances en cuanto a la garantía de derechos para la comunidad LGBT, ese colectivo se ha planteado algunas luchas a futuro.
En 2015 «se ha trabajado en salud» y ya hay en el país «diecisiete centros inclusivos» donde se acogen sin restricciones a pacientes de la comunidad.
También en el campo de la justicia se han registrado avances, pues de los 29 casos denunciados de asesinatos contra miembros LGBT, se han esclarecido un tercio de ellos con condenas en firme para sus autores, añadió.
Sin embargo, aseguró que el matoneo en el sistema educativo y la discriminación laboral son frentes en los que pondrá empeño la comunidad LGBT en el próximo año.
Para los transexuales los problemas en el campo laboral son incluso peores, pues generalmente no son considerados para optar por puestos de trabajo, pese a que pueden tener el nivel académico requerido, agregó.
Según Diane, se han producido en los últimos años avances importantes, pero demandó «una campaña» dirigida, sobre todo, a la conciencia de la gente sobre los derechos que requieren, «como todo ser humano», personas diferentes por su opción sexual.