La construcción y funcionamiento del tren en la provincia de El Oro es recordada por algunos ciudadanos. Ellos reconocen que pudo haber sido uno de los mejores medios de transporte de esa época, pero su continuidad se truncó por la falta de recursos económicos y asuntos de orden político.

El Telégrafo

Mayra Espinoza, de 14 años, recorre los alrededores del monumento “al tren”, ubicado en el conocido sector de La Ferroviaria, noreste de Machala. Lo hace acompañada de su abuelo, Octavio Espinoza, de 61 años, quien le narra historias de cuando se subió a una locomotora a los 9 años.

“Mis padres me contaban que la construcción del ferrocarril desde Puerto Bolívar hasta Machala y luego hasta Pasaje despertó interés en la región, pues permitió la comunicación entre los pueblos ribereños y a su vez por vía marítima con Guayaquil, considerada ya la capital económica del Ecuador”, dijo.

Pese a que era muy pequeño, rememora al sistema ferroviario provincial como un “cordón umbilical” que brindó la oportunidad de que la producción —especialmente agrícola— pueda ser explotada en toda su dimensión. Según datos históricos  para fines de 1899, la vía férrea estaba virtualmente concluida, pero fue el 23 de abril de 1900 cuando arribó a Machala la primera locomotora, con la que se inauguró el servicio de trenes para regocijo del pueblo orense.  Esa misma máquina es la que ahora se exhibe como monumento y es lo único que les hace recordar a los machaleños el paso del ferrocarril. Cinco años después de haberse inaugurado el servicio ferroviario entre Puerto Bolívar y Machala, llegaron las locomotoras y se terminó la construcción de la Estación Terminal en Machala.

El antropólogo Rodrigo Murillo Carrión, experto en historia, explicó que la vía férrea hasta la ciudad de Pasaje, concluyó en 1908, bajo la administración de los Municipios de Machala y el de ese cantón, respectivamente.

En su libro, La Estación Ferrocarrilera, menciona que en el gobierno de Eloy Alfaro se había planteado un ambicioso plan de redes ferroviarias nacionales. Con relación a la provincia de El Oro, este proyecto incluía extender las vías hacia 3 regiones del sur: Machala-Loja, Machala-Cuenca y Machala-Durán, en la provincia del Guayas.

Sin embargo, por razones políticas y económicas el plan no se cumplió y en la primera ruta solamente llegó hasta la actual parroquia Piedras, jurisdicción del cantón Piñas; el ramal que hubiera llegado hasta Cuenca, solo quedó en Pasaje y el que debió avanzar hasta el actual cantón Durán fue interrumpido en el sitio La Iberia (El Guabo), a causa de un desbordamiento del río Jubones ocurrido en 1909. Por esta razón, este sistema ferroviario pasó a llamarse Ferrocarriles de El Oro.

Piedras, la última estación

Como un sitio histórico, está considerada la parroquia Piedras, perteneciente al cantón Piñas.

Allí es donde funcionó la antigua y última estación del tren de la compañía de Ferrocarriles de El Oro, cuya ruta se iniciaba en Puerto Bolívar, llegaba al centro de Machala, utilizando la calle Bolívar hasta el Tanque Rojo.

En esta zona la máquina se abastecía de agua y enfilaba hacia la ciudad de Pasaje cruzando por el sitio El Cambio que conectaba al cantón El Guabo.

Tenía 27 km de largo, era el primer ramal, se lo denominaba línea ancha porque la paralela era superior al metro de amplitud. Al poco tiempo estuvo terminado el tramo de la vía Santa Rosa-Arenillas, el “segundo” de línea angosta, denominado Ramal Austral, una extensión total de 75 km. El ferrocarril Puerto Bolívar-Piedras recorría una ruta plana de Machala a Santa Rosa hasta el kilómetro 36 antes de Arenillas, desde donde comienzan los terrenos ligeramente quebrados y accidentados.

Murillo, explicó que su itinerario incluía 12 estaciones de “bandera”: Puerto Bolívar-Machala, Santa Rosa, Bellavista, Sandías, El Jobo, Arenillas, Zaragoza, Mates, Tahuín, Playas y Piedras. Para cubrir esta ruta, el tren salía desde Puerto Bolívar en horas de la mañana y, después de recorrer en corto tiempo, bajando y recibiendo pasajeros y cargas, llegaba a Piedras.

Todo pasajero, mercancía y carga que iba y venía de Portovelo, Zaruma, Paccha, Piñas y la provincia de Loja llegaba primero a Piedras. Era lo más avanzado y el mejor servicio de transportación, en el que se imponía la agilidad y rapidez para llevar los productos frescos a los mercados.