«El rector nos dijo que a las personas con discapacidad no nos iban a liquidar, pero llego hoy y me encuentro con esta triste novedad y mi notiticación de despedido. El rector está faltando a su palabra», comentó José Román, quien era empleado en el área de electricidad por 6 años.
De su lado Roberto Romero, impartía la cátedra de Administración de Recursos Humanos y a un mes de jubilarse se mostró molesto e inconforme con la notificación de despido. «Habemos personas que hemos dedicado toda la vida a esta institución con honestidad y ética; y lo menos que nos merecemos es una salida honrosa y no como ahora nos informan a través de un papel», comentó.
Ninguno de los 308 notificados ingresó hoy a la Universidad. «Tengo hasta muebles míos en mi departamento que yo los traje y no puedo sacarlos», comentó Hugo Martínez, quien labora en el área de cultura y publicidad de la institución.
El rector de la institución, Ricardo Hidalgo, quien lleva un poco más de un mes al frente de la UTE, indicó que el despido de los empleados se dio por la reingeniría a la que se sometió a la universidad.
Según Hidalgo, la plantilla de profesores que ascendía a 1.200 era excesiva considerando las 26 carreras que se enseñan en este centro educativo.
«Hay un grupo de docentes que no cumplía con los requisitos como es el título de cuarto nivel. (..). Había también un grupo de docentes que dada su avanzada edad no estaban en condiciones de cumplir con los requerimientos de la institución y otros que recibieron una mala evaluación por parte de los estudiantes», comentó Hidalgo.
El máximo personero de la UTE dijo que la separación del personal administrativo se dio porque hubo dos y más personas que cumplían una misma función. Recalcó que todos los despedidos recibirán la compensación que manda la ley.
La institución maneja un presupuesto cercano a los $ 50 millones y alrededor del 81% lo ocupa en el pago de la nómina. Según cálculos del rector cerca de $ 5 millones egresará de la institución para el pago de los despedidos.