Sentada a la izquierda de Almagro en una sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), Rodríguez tildó de «traidor» y «mercenario» al secretario general y expresó su rotunda oposición a la sesión de este martes, convocada «sin el consentimiento» de Venezuela.
«(He venido) para aclarar y denunciar las graves acciones injerencistas que en esta organización vienen acometiendo tanto su secretario general como una facción minoritaria de algunos países de nuestra región», dijo Rodríguez al comenzar la reunión, convocada a petición del Gobierno venezolano.
La canciller se refería así a los 14 países que la semana pasada firmaron un «ignominioso comunicado de tenor altamente injerencista» sobre Venezuela, en el que pedían que esa nación fije un calendario electoral y libere a los políticos presos.
Esos países -Canadá, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay- han convocado, junto a otros cuatro caribeños -Barbados, Bahamas, Santa Lucía y Jamaica- la sesión de este martes dedicada a «considerar la situación en Venezuela».
El Gobierno venezolano ha solicitado al Consejo Permanente, presidido hasta el sábado por Belice, que cancele la sesión, aunque por ahora no ha «recibido respuesta», según la canciller.
«Quedan violentadas con esta convocatoria espuria normas elementales en la carta de la OEA», subrayó Rodríguez.
«Alertamos a la comunidad internacional de no dejarse engañar bajo la falsa máscara de que no se quiere agredir a Venezuela, que solo se quiere discutir sobre la situación en Venezuela», añadió.
Según Rodríguez, lo que se esconde bajo ese pretexto es una campaña orquestada desde el Gobierno estadounidense para «acabar con la revolución bolivariana» y sustituir al presidente Nicolás Maduro, ejecutada por Almagro con una «actuación ilícita, desviada» y con el «contubernio de una facción minoritaria de países».
«Un grupo menor de países oponentes política e ideológicamente al modelo de la revolución bolivariana han desplegado una suerte de diplomacia blanda» que está «vinculada indisolublemente» al «extremismo obsesivo de Almagro» en «su intención de dañar» a Venezuela y etiquetarla «como un país problema a atender y resolver con premura», agregó.
La canciller acusó a Almagro de «mentiroso, deshonesto, malhechor y mercenario», un «traidor de todo lo que representa la dignidad de un diplomático latinoamericano» que «ha dedicado su gestión a agredir obsesivamente a Venezuela y su pueblo», dijo Rodríguez.
Anunció que Venezuela «promoverá» una sesión del Consejo Permanente para «seguir evaluando la actuación» de Almagro, y advirtió que «de persistir estas agresiones y acosos contra Venezuela», su Gobierno tomará «severas y definitorias acciones».
Almagro evitó hablar con la prensa después de la sesión, y la mayoría de los países quisieron reservar su opinión para este martes; con lo que apenas cuatro Estados miembros -Paraguay, Nicaragua, Dominica y Bolivia- pidieron la palabra en la reunión.
La embajadora de Paraguay, Elisa Ruiz Díaz, cuestionó que Rodríguez tachara a la OEA de «una oprobiosa organización disfuncional» al tiempo que convocaba una sesión en su seno, en un momento en el que Venezuela «adeuda por cuotas la suma de 8.764.000 dólares» estadounidenses a la organización.
En declaraciones a periodistas después de la sesión, la ministra venezolana replicó que «cuando no se malversen los fondos por parte de la Secretaría General, nosotros pagaremos las cuotas».
Los embajadores ante la OEA de México, Luis Alfonso de Alba; y de Colombia, Andrés González; defendieron en declaraciones a la prensa la convocatoria de la sesión de este martes.
«La convocatoria del día de mañana se hace con vistas a ver cuáles son los siguientes pasos, que colectivamente tengamos oportunidad de discutirlos, y ojalá el propio Gobierno venezolano se sume a esa discusión», dijo De Alba, para quien los Estados solo pretenden ser «coadyuvantes de un proceso» de diálogo en Venezuela.
El embajador colombiano afirmó que la OEA no tiene «ánimo de injerencias en los asuntos internos de ningún país», pero sí se dedica a la «promoción y la defensa de la democracia», y la reunión del martes se hará «en un ambiente constructivo, propositivo».