Lucía Pérez, una joven de 16 años, se ha convertido en el nuevo símbolo de la violencia contra las mujeres en Argentina y en América Latina, donde hasta julio de 2016 al menos 1 687 mujeres fueron asesinadas por razones de género, aspecto que claramente habla de un elevado índice de violencia hacia ese sector de la población, según la CEPAL.
En los registros de la CEPAL, canalizados a través del Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe, solo ocho países del continente asignan recursos en el presupuesto nacional y herramientas jurídicas idóneas para combatir la violencia de género.
Dentro de los países con mayor presencia de asesinatos de mujeres por razones de género se encuentran: Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Panamá, Perú y República Dominicana.
Asimismo, el pasado abril ONU Mujeres alertó sobre el crecimiento constante de feminicidios en la región y la grave impunidad institucional que existe hacia los asesinos. Un dato sorprendente: de los 25 países del mundo con las tasas más altas de feminicidio, 14 están en América Latina y el Caribe.
La brutal violación y asesinato de Lucía Pérez ha conmocionado a Argentina, donde mujeres realizaron el pasado miércoles una protesta para repudiar el crimen de la adolescente que fue drogada, violada y empalada, en un caso que estremece al país y que renovó el reclamo contra la violencia machista.
La convocatoria, que comenzó a circular en las redes sociales tras el crimen, contó con la aprobación de 50 agrupaciones sindicales y organizaciones sociales que buscan frenar el creciente número de asesinatos de mujeres a manos de hombres. El repudio generalizado a la violencia machista se ha visto plasmado en los dos últimos 3 de junio, con movilizaciones multitudinarias en todas las grandes ciudades del país bajo el lema «Ni una menos».
La ONG global Plan International alertó, además, que la violencia de género es una situación «insoportable» en América Latina y el Caribe y así lo demuestran casos recientes de violaciones a mujeres jóvenes tan brutales que incluso les llevaron a la muerte. La ONG afirmó que hay una «falta de valorización» de las niñas y mujeres jóvenes, y en ese contexto «vemos que sus cuerpos» son percibidos como «espacios que cualquiera puede vulnerar», dijo en una entrevista con Efe la asesora de Género e Inclusión para América Latina y el Caribe de Plan International, Emma Puig.
Eso nos lleva, dijo Puig, «a situaciones como las que estamos viviendo, que son realmente insoportables»: la brutal violación y asesinato en Argentina de Lucía Pérez, de 16 años, a inicios de este mes, o la violación colectiva, en mayo pasado, de otra joven de 16 años en Brasil, donde además se difundieron imágenes de la agresión en las redes sociales por uno de los involucrados.
A esos casos de alto impacto se suma el asesinato en febrero pasado en Ecuador de dos jóvenes turistas argentinas, Marina Menegazzo, de 21 años, y María José Coni, de 22, un crimen por el que dos ecuatorianos fueron condenados a 40 años de prisión.