Para esta labor se requirió la participación de un grupo de 26 personas, entre guardaparques de la Dirección del Parque Nacional Galápagos, científicos de Galápagos Conservancy y voluntarios.
Las 190 tortugas que se mantenían desde su nacimiento en el centro de crianza de la isla Santa Cruz son de la especie Chelonoidis hoodensis de la isla Española.
Antes de su liberación pasaron por controles veterinarios y cuarentenarios, los cuales confirmaron que los quelonios gozan de un óptimo estado de salud.
Las tortugas que crecieron en cautiverio ahora viven en estado natural en la isla Santa Fe, cuya población original de tortugas se extinguió hace más de 150 años. Para su traslado hasta Santa Fe, las tortugas se acomodaron en cajas metálicas. Luego fueron embarcadas para un viaje en la lancha “Guadalupe River”, que duró cerca de dos horas.
Posteriormente, uno a uno, los quelonios fueron colocados en sacos de yute para facilitar su traslado hasta la parte central de la isla, ubicada a 5 km desde la orilla, para lo cual fue necesario caminar por un sendero pedregoso, angosto y empinado. Cada miembro del equipo que acompañó esta expedición tuvo que encargarse de trasladar entre 7 y 8 tortugas en una caminata que duró aproximadamente dos horas.
Los quelonios rápidamente se familiarizaron con su nuevo hogar, buscaron refugio bajo la sombra de la vegetación de la zona y empezaron a alimentarse.
En poco tiempo las tortugas cumplirán un rol importante en la naturaleza: pues al ser los herbívoros más grandes de la zona, modelarán el ecosistema de la isla en la que habitan.