Este acontecimiento es una muestra de la restauración ecológica que se produce paulatinamente en la isla, después de doce años de erradicar especies invasoras que amenazaban la supervivencia de este espécimen, contribuyendo al sistema de turismo sostenible en la zona.
En las imágenes compartidas por el guía Marvi Córdova se puede observar al menos dos nidos de esta colorida ave, ubicados a la orilla de la laguna de agua salada cercana a la costa; allí este espécimen comparte el hábitat con otras especies como pinzones y patillos.
“La isla Rábida continúa su proceso de restauración, los sistemas naturales recuperan su integridad ecológica, por ende, las especies nativas y endémicas retornan a sus hábitats de los cuales fueron desplazadas por especies invasoras. Una vez eliminados los roedores el ecosistema se equilibra y las especies originales poco a poco empiezan a cumplir con su función dentro de su entorno”, señaló Danny Rueda, director del Parque Nacional Galápagos.
El Parque Nacional Galápagos y la Fundación Charles Darwin, dos veces al año, censan éstas y otras aves que habitan en las 34 lagunas del archipiélago. Actualmente se estima una población de aproximadamente 500 individuos de distintas especies.