Las nubes de ceniza recorrieron el domingo más de 100 kilómetros (62 millas) hacia el norte, llegando a Manila y causando el cierre del principal aeropuerto del país y hasta ahora la cancelación de más de 500 vuelos. El aeropuerto reabrió parcialmente el lunes al remitir la caída de ceniza.
Por el momento no había reportes de muertos ni daños importantes tras la erupción. Sin embargo, cuatro personas murieron al volcar un camión en medio de una carretera cubierta de ceniza en la provincia sureña de Laguna. La policía dijo que el accidente podría estar relacionado con las condiciones de la carretera.
Más de 30.000 personas dejaron sus casas en la afectada provincia de Batangas y la cercana Cavite, según dijeron la agencia filipina de gestión de desastres y otras autoridades. Los expertos esperaban que la cifra llegara a cientos de miles conforme se apartaba a más gente de la zona de riesgo.
Algunos residentes no podían salir de las aldeas cubiertas de ceniza debido a la falta de medios de transporte y una mala visibilidad. Otros se negaron a abandonar sus hogares y granjas, indicaron funcionarios.
Fuente: El Universo, nota original aquí: LINK