Este miércoles 15 de junio, el Centro Regional de Adiestramiento Canino (CRAC) despidió a 33 miembros de la Policía Canina del DMQ, quienes han culminado su noble carrera de guardianes de la paz. Cada uno de ellos deja plasmado en la Policía Nacional grandes historias, alegrías y mucho orgullo. Gratitud es la palabra que define a todo el trabajo y esfuerzo realizado por los miembros policiales.
Llegaron al país de tan solo 6 meses de edad como un aporte de la Embajada Americana y desde aquel momento han sido entrenados para proteger a la ciudadanía. Nueve años después al servicio de los ecuatorianos, estos maravillosos animales dejan sus uniformes y duras jornadas de trabajo, por un cómodo sofá donde descansarán su merecida jubilación.
En estas filas se encuentran grandes héroes que han combatido contra la injusticia, desarticulando importantes bandas delictivas e incautado grandes cantidades de droga. El logro mas grande son las incalculables sonrisas que dejaron en el rostros de quienes alguna vez los vieron en acción.
El teniente Coronel Juan Carlos Miño, representante de la Dirección Nacional Antinarcóticos, en su intervención se dirigió con palabras de agradecimiento a las nuevas familias adoptivas. “En ellos verán siempre el reflejo de seguridad y confianza, por favor cuiden de ellos”, dijo. También se dirigió a los guias agradeciendo su paciencia y trabajo, ya que es por su esfuerzo y dedicación que han logrado crear este grupo selecto de canes policías.
Las personas que hoy los adoptan como un miembro más de su familia tienen la garantía de que serán la mejor compañía, el mejor guardián del hogar, y el mas fiel amigo, aseguró Miño. “Las travesuras también vienen incluidas, pero todo se contrarresta con el amor incondicional que nunca faltará de su parte, para estas familias es un orgullo tener en sus hogares a un honorable ex miembro de la Policía Nacional canina”, concluyó.
La emotiva ceremonia culminó en la alfombra roja, donde los canes se encontraran con sus nuevas familias esperándolos ansiosas al final de la calle de honor para darles la bienvenida a su nuevo hogar. Muchas de estas mascotas fueron adoptadas por los mismos guías con los que han compartido camino desde sus inicios en la policía, otros fueron adoptados por miembros de la comunidad de Pociano Bajo que, tras estar en lista de espera por varios meses, hoy recibieron a sus nuevos compañeros.
El cabo primero Luis Sánchez fue guía de “Happy”, el perro que inició con la canoterapia en el país y que hoy se jubila, nos cuenta con nostalgia que ha sido un honor trabajar junto con su can en la noble causa de rehabilitación a niños con discapacidades especiales, generando vínculos de confianza y comunicación. “Ver como un niño aprende a gatear imitando a Happy es una experiencia emotiva”, señaló.
Sin importar el color, la raza ni la edad estas nobles mascotas han dejado todo su ser sirviendo a esta institución y la sociedad, no queda mas que agradecer todo su esfuerzo y arduo trabajo, sabemos que lo han hecho por el amor de nuestro pueblo ecuatoriano, otras generaciones seguirán sus huellas.