En la Mesa de Justicia realizada en Carchi se conoció que uno de los principales delitos es el tráfico de alcaloides.

Douglas V. transportaba por el sur de Guayaquil 70 kilos de marihuana ocultos en la cajuela de un auto. Los agentes de la Unidad de Investigaciones Antinarcóticos (UIAN) luego de capturarlo, el 1 de febrero, allanaron la casa de la que salió el carro y encontraron 130 kilos más. Ahí fueron detenidos 3 adultos y 2 menores de edad quedaron aislados. Ellos se encargaban de comercializar la droga.

Ese mismo día, en Quito fueron aprehendidos 2 hombres y una mujer que usaban un taxi para traficar estupefacientes y que tenían un extenso mercado de compradores en unidades educativas.

Freddy Ramos, subjefe de la Dirección Nacional de Antinarcóticos, informó que durante el primer mes de 2016 se decomisó una tonelada con 321 kilos de droga destinada al microtráfico.

José Serrano, ministro del Interior, manifestó que en Ecuador fueron identificados 50 sectores donde hay incidencia de microtráfico y delincuencia, los que serán intervenidos. De estos, 20 están en la provincia de Guayas, sobre todo en Guayaquil. Los próximos puntos que se recuperarán son ‘Las casas colectivas’ y sector ‘El Cisne’, en el centro y suburbio de la urbe porteña, respectivamente.

“Los ciudadanos deben denunciar a los microtraficantes al 1800-335486 (Delito) o por correo electrónico. Nosotros jamás vamos a revelar ninguna fuente. La información de los sectores a los que llegaremos fue proporcionada por habitantes de esos lugares. En caso de que haya amenazas, también deben hacerlas conocer”, anunció el funcionario.
Ramiro Mantilla, director nacional de Operaciones de la Policía, explicó que los trabajos en los sectores están divididos en 3 fases: organización, intervención y recuperación del control social. El oficial puso como ejemplo al callejón la Décima y 10 de Agosto, en el suburbio de Guayaquil, para explicar que “la idea es que a futuro no vuelvan a ingresar los traficantes o microexpendedores, que los moradores no les tengan miedo y los denuncien. Y si hay un desplazamiento de éstos a otros lugares, les haremos el seguimiento. El objetivo es desterrar la venta de droga en las calles”.

Mantilla refirió que antes, todos sabían de la venta de estupefaciente en lo que era conocido como ‘La Bahía de la droga’. “Incluimos a la Policía, porque ellos lo veían como algo normal. Estamos en una investigación, porque los delitos son por acción y por omisión y estaban obligados a cumplir un trabajo, ellos debieron alertar y comunicar para tener sanciones administrativas”, aseveró.

Además detalló que hay sitios identificados como de alto, medio y bajo impacto, y los meses de intervención dependen de la necesidad. “En los que son de alto impacto se trabajará con otras unidades especiales donde se necesita una mayor investigación de la organizaciones ya que no solo se dedican al microtráfico sino a la delincuencia común”.