Las autoridades iraníes informaron de nuevos casos de envenenamientos en cinco colegios de la ciudad de Ardabil (noroeste), en un centro de Urmia (noroeste) y en otro de Haftgel (suroeste), donde resultaron afectadas 60 niñas.
Al igual que en casos anteriores, las afectadas mostraron síntomas como dolores de cabeza, dificultades para respirar y mareos.
Un número indeterminado de estudiantes fueron ingresadas en hospitales, pero los medios iraníes no proporcionaron datos concretos.
Grupos activistas elevaron los casos hasta por lo menos 12 colegios e institutos diseminados por la geografía del país persa.
En videos compartidos por los actividades en redes sociales se observa a las estudiantes quejándose por el gas y a adolescentes tumbadas en el suelo tratando de evitar los daños.
Anteriores ataques
Irán sufre una ola de envenenamientos con gas que comenzó a finales de noviembre de 2022 en la ciudad santa de Qom y se multiplicó en febrero y marzo de 2023.
Alrededor de 5 000 alumnas de 230 centros educativos en 25 de las provincias iraníes se habrían visto afectadas, según los datos proporcionados en marzo por el parlamentario Mohammad-Hassan Asafari, miembro de una comisión que investiga las intoxicaciones.
El Gobierno iraní arrestó a más de 100 personas por su presunta responsabilidad en los envenenamientos, que es atribuido a enemigos del país.
En Irán no se ha puesto en duda la educación femenina en los 43 años de existencia de la República Islámica y algunos padres vinculan los envenenamientos con las protestas con marcado tono feminista de los últimos meses, que se habían calmado tras una fuerte represión estatal.
Las alumnas de colegios e institutos participaron en esas protestas, se quitaron los velos, gritaron «mujer, vida, libertad» e hicieron gestos de desprecio a retratos de Jameneí y del fundador de la República Islámica, el ayatolá Ruholá Jomeiní.
Fuente: Nota original – El Comercio: LINK