A los destinatarios de los borradores de los informes «posteriores a la acción» se les dijo que los mantuvieran bajo llave después del horario comercial y que los destruyeran antes de desecharlos. Se les advirtió que no compartieran sus contenidos con nadie que careciera de «una necesidad operativa de conocerlos».
Pero la seguridad en torno a los informes de diciembre de 2017 sufrió una infracción vergonzosa:
Un empleado de CNN descubrió copias de ellos, junto con otro material sensible del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), en el bolsillo del respaldo de un avión comercial. Los informes estaban acompañados por el itinerario de viaje y la tarjeta de embarque del científico gubernamental a cargo de BioWatch, el programa DHS que llevó a cabo los ejercicios de ántrax en preparación para el Super Bowl LII en Minneapolis.
Los informes se basaron en ejercicios diseñados para evaluar la capacidad de los funcionarios de salud pública, de aplicación de la ley y de gestión de emergencias para participar en una respuesta coordinada: un ataque biológico que se llevará a cabo en Minneapolis este domingo del Super Bowl.