Dato histórico en su gran prueba de fuego. La multinacional estadounidense Twitter, propietaria de la conocida red de micomensajes, obtuvo en el último trimestre del año 2017 unos beneficios de 91 millones de dólares. Un dato que supone la primera vez que la empresa obtiene ganancias en sus 12 años de trayectoria y después de varios años de ir reduciendo pérdidas constantemente.
Hace justo un año se reportaron pérdidas de 167 millones de dólares en ese trimestre. Las alarmas saltaron. Los persistentes rumores sobre su posible venta a una gran tecnológica como Google, uno de los principales candidatos, han metido presión a la firma, que ha debido acometer importantes reformas del servicio para intentar captar una audiencia mayor.
Durante todo 2017, la compañía se mantuvo en números rojos con una pérdida neta de poco más de 108 millones de dólares (88 millones de euros), que se fueron reduciendo drásticamente en comparación con 2016 cuando Twitter perdió alrededor de 457 millones de dólares (373 millones de euros).
Pero, tras doce años de existencia, ha producido beneficios. Así consta en el informe de resultados económicos presentados este jueves en donde, además, la red del pajarito registró unos 330 millones de usuarios únicos mensuales en todo el mundo, una cifra similar a la obtenida en el periodo anterior. Estas cifras representan, no obstante, un aumento del 4% respecto al año anterior.
De ellos, 68 millones de usuarios pertenecen al mercado norteamericano, donde se dejó un millón de esos usuarios, ganados por contra a nivel mundial donde cuenta con unos 262 millones de perfiles.
En cuanto a los usuarios diarios, Twitter destacó con un crecimiento del 12%, aunque sin desvelar el número exacto de los mismos. Entre otros aspectos importantes, la plataforma albergó más de 1.140 retransmisiones en «streaming», uno de los negocios que más está explorando la compañía.
«Logramos nuestra objetivo de ser rentables en un duro final de año», apuntó en un comunicado Jack Dorsey, consejero delegado y fundador de Twitter.
En los últimos meses, la compañía ha realizado importantes cambios en sus políticas de uso y estableciendo nuevas fórmulas para intentar atraer a nuevo público.
Sus posibles implicaciones en las pasadas elecciones norteamericanas y las decisiones de cerrar miles de cuentas acusadas de propaganda se han dirigido a «sanear» el servicio al mismo tiempo que ha acelerado sus pasos para consolidarse como una herramienta para coberturas en directo e informativas.
