«Hay muchas personas que con el objetivo de tener dinero acusan a los sacerdotes de delitos tan graves. Además a mí me parece que en el tema de los abusos se da una cierta complicidad puesto que aquel que quiere mantenerse íntegro no permite que el abuso tenga lugar», precisó César C. en su intervención.
El cura de 90 años enfatizó que «soy total y absolutamente inocente» y «no tengo nada que ver en aquello de lo que se me acusa, no sé quien me acusa y tampoco me interesa». Al ser preguntado por los acusadores, manifestó desconocer a los mismos. Asimismo, negó cometer actos impropios de índole sexual con menores de edad. Además, por otro lado, rechazó identificarse con la homosexualidad.
Las críticas tienen la intención, según planteó, en «dañar toda la obra que con la ayuda de Dios y con tanto esfuerzo hemos construido». El pasado 30 de mayo, la Arquidiócesis de Cuenca suspendió al cura César C., acusado de supuestas violaciones a menores de edad y solicitó al sacerdote que «se abstenga de hacer declaraciones en público», además de exhortarlo a «aceptar en obediencia las determinaciones de la Iglesia».