Según Pacheco, de los más de 2.440 reportes de acoso, 57 están en proceso judicial y 11 de ellos tienen ya sentencias que van de 12 a 38 meses de prisión.
La sentencia de 38 meses se emitió contra un sujeto que acosó a una niña de 12 años en un vehículo de transporte público, relató Pacheco al apuntar que la madre de la niña reportó el caso a través de la plataforma «Bájale al acoso» y brigadas de la campaña acudieron en su auxilio.
El procedimiento de la denuncia contempla el envío por celular de la palabra «ACOSO» y el número del autobús en un mensaje de texto gratuito al número 6367.
El mensaje llega a una central que se comunica inmediatamente con el conductor del vehículo y se activa en los altavoces: «Este momento, se ha registrado una situación de acoso sexual dentro de esta unidad de transporte. Solicitamos a los pasajeros mantenerse alerta y respetar a quien se encuentra a su lado».
Menos de un minuto después, la víctima recibe una llamada de psicólogos desde una central que tiene georeferenciado el autobús, y la ofrecen acompañamiento vía telefónica mientras la Policía Metropolitana y los equipos de la empresa de transporte se activan para intervenir en la siguiente parada.
Las autoridades escuchan a la víctima para conocer sus próximos pasos: seguir la ruta, desembarcar de la unidad y en el próximo punto ser acompañada para hacer la denuncia en ese momento o, si así lo desea, hacerlo más tarde.
La estrategia comenzó en marzo de 2017 en 120 vehículos del sistema de transporte público y ahora se aplica en más de 2.000 unidades, según Pacheco, que reveló que realizan con el BM un estudio sobre las necesidades y diferencias de género frente a la movilidad de mujeres y niñas en el transporte metropolitano.
Una encuesta realizada en junio a 2.400 mujeres fue la primera acción en el camino de implementación de un servicio con enfoque de género en el Metro de Quito, el primero del país y que aún está en construcción.
Según el sondeo, que permitirá generar acciones de política pública en materia de movilidad con enfoque de género, el 82 % de las mujeres del distrito metropolitano de Quito utilizan el transporte público.
Los datos de la encuesta y el estudio se usarán, entre otros, para evaluar las diferenciaciones en horas de más uso del autobús. «El mediodía es una hora pico para las mujeres, pero no para los hombres, entonces seguro el mediodía requiere de una estrategia particular», dijo.
«Una de las causas más asociadas a temas de acoso, más allá de estar normalizado, es el espacio, la densidad de personas por metro cuadrado», añadió.
Como parte del estudio, representantes del Patronato, de la empresa Metro de Quito y del BM, han realizado caminatas por las estaciones y zonas aledañas del metro con usuarios para entender cuáles serán sus necesidades en esos espacios.
Como parte del estudio con el BM, se prevé también generar igualdad de condiciones laborales en los distintos niveles jerárquicos y en las diferentes áreas de la empresa que administrará el metro de Quito, comentó Pachecho a Efe.
Se planifican también mecanismos para plasmar en el metro de Quito la estrategia «Bájale al acoso», así como una campaña educomunicacional pues «la mayor brecha que recibimos cuando hacemos cualquier levantamiento estadístico es la diferencia entre la percepción y la realidad», recalcó.
«Lamentablemente en el caso de acoso, la realidad es mayor a la percepción porque hay muchos comportamientos que están naturalizados. Necesitamos desnaturalizar esos comportamientos para generar igualdad de condiciones», subrayó.