En una declaración enviada a Efe, la portavoz de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE, por su sigla en inglés), Gillian Christense, rechazó hablar sobre una campaña nacional que supuestamente planea su oficina para deportar a miles de familias de inmigrantes indocumentados.
El diario The Washington Post, citando fuentes anónimas, informó de esta campaña de deportaciones hace cinco días y, desde entonces, no han cesado las críticas de organizaciones defensoras de inmigrantes que rechazan la deportación de las familias, especialmente, en estas fechas navideñas.
Christense defendió hoy que las medidas anunciadas por el presidente Barack Obama en noviembre de 2014 y por el secretario de Seguridad Nacional (DHS), Jeh Johnson, convertían en prioridad para la deportación a «los individuos que representan una amenaza para la seguridad nacional, la seguridad pública y la seguridad fronteriza».
«Esto incluye a individuos, que ya sea solos o con miembros de su familia, han sido detenidos al intentar entrar ilegalmente en Estados Unidos, cruzaron la frontera de forma reciente y han recibido una orden final de deportación el 1 de enero 2014 o después de esa fecha», añadió la vocera.
A cambio de endurecer la política de deportaciones para aquellos que cruzaron recientemente la frontera, Obama decidió en noviembre de 2014 emitir otras medidas, actualmente bloqueadas, para frenar de forma temporal la deportación de padres con hijos estadounidenses y de jóvenes indocumentados que llegaron al país siendo niños.
«Como el secretario Johnson ha dicho constantemente, nuestra frontera no está abierta a la inmigración ilegal. Si alguien viene aquí ilegalmente, no cumple los requisitos de asilo u otro alivio y tiene orden final de expulsión, será enviado de vuelta de acuerdo con nuestras leyes y nuestros valores», defendió Christense.
Varios analistas coinciden en que, con esta supuesta campaña de deportaciones, el Gobierno de EE.UU. quiere desmotivar el cruce fronterizo de indocumentados.
Durante el año fiscal 2015, que concluyó el 30 de septiembre pasado, los agentes del ICE deportaron a 227.038 inmigrantes indocumentados, lo que supone un descenso respecto al periodo anterior, cuando 315.943 individuos fueron deportados por esa misma agencia, según datos dados a conocer la semana pasada.
Estos datos muestran un descenso de deportaciones con respecto del año fiscal 2014, cuando EE.UU. vivió una crisis migratoria sin precedentes en la frontera suroeste debido a la llegada de miles de niños no acompañados, la mayoría procedentes de Guatemala, El Salvador y Honduras.