Al término de la última sesión del pleno como vocal, Juan Pablo Albán se dedicó a redactar su renuncia pasado el mediodía. No esconde su enojo, sobre todo con quienes lo juzgan por no haber hecho nada. “¡Qué cara tienen ellos para juzgarme, en especial Lucio Gutiérrez, ¿o se olvidó de lo que hizo con la justicia en el Ecuador?”, increpa. Denuncia una red de espionaje. ¿Se va decepcionado? No. Me voy preocupado por los procesos que quedaron inconclusos, esperanzado en que es posible instaurar una cultura del debate y que un grupo colegiado como este no necesita ser un grupete de alzamanos que obedece las disposiciones de otro lugar, sino que se puede plantear ideas y disentir.
Pero, hubo varias resoluciones de investigación sin ninguna ejecución… Es lamentable que en la estructura hayamos tenido problemas a efectos de ejecutar. Nuestro director general estuvo preocupado por subir su imagen, recorriendo provincias y en consecuencia dejando de hacer su trabajo. Cuando asume el director encargado, José Cisneros, encuentra 326 trámites represados.