Pablo Lozada y Jorge Calero pertenecen a esa agrupación, la cual cuenta con 1 400 miembros a escala nacional. Indicaron que la manifestación se replicará en otras ciudades del país como Cuenca, Guayaquil, Macas, etc.
Se sienten perjudicados porque quienes tienen autos más antiguos, y que consumen más combustible, han visto reflejado un monto mayor en el pago del impuesto. Por ejemplo, en el caso de un contribuyente que tiene un Mitsubishi Montero del año 1999 ahora deberá cancelar un impuesto ambiental de USD 189,75, el doble del año pasado, cuando pagó USD 94.
Además -acotó Lozada – otros sectores se perjudican con el impuesto verde como los mecánicos, rectificadores, enderezadores y pintores de vehículos. También quienes utilizan carros de alto cilindraje para la comercialización de frutas o transportar productos. O las personas que emplean esa clase de carros para transportar mascotas.
Lo mismo ocurre con los guías turísticos que emplean carros 4×4 en zonas turísticas de difícil acceso. «No es solo la gente que carga cosas y la camioneta con capacidad de carga de una tonelada, la cual es exonerada del Impuesto Verde. Son varios sectores los que necesitan ser escuchados«.
Calero convocó a los interesados en participar en la caravana. Al final de esta -indicó el activista- tienen previsto reunirse con las autoridades del Servicio de Rentas Internas (SRI).
Fuente: El Comercio – Nota original: LINK