El autobús transportaba a los militares entre las localidades de Khash y Zahedán, en la provincia de Sistán y Baluchistán, según una agencia de prensa oficial, Irna.
Una foto difundida por la agencia Fars mostraba los restos retorcidos de un autobús en una carretera, de noche. “Un coche cargado de explosivos estalló junto a un autobús que transportaba a una unidad de los Guardianes, lo que causó el martirio y heridas a los protectores de la frontera de nuestra patria islámica”, explicó el texto de los Guardianes.
Poco más tarde el grupo yihadista Jaish al-Adl («Ejército de la Justicia) reivindicó el atentado mediante un comunicado, informó la agencia Fars. Este ataque coincidió con el inicio de una conferencia multinacional en Varsovia sobre la situación en el Oriente Medio, una reunión convocada por Estados Unidos con el declarado objetivo de aumentar la presión sobre Irán.
En la primera reacción pública iraní sobre el ataque, el ministro de Relaciones Exteriores, Mohammad Javad Zarif, afirmó en la red Twitter que “no es una coincidencia que Irán sea golpeado por el terror el mismo día del inicio de esa conferencia, que calificó como un “circo”. “Estados Unidos parece adoptar siempre las mismas decisiones equivocadas, pero esperan resultados diferentes”, señaló.
El grupo Ejército de la Justicia es considerado “terrorista” por Irán, y está formado por exintegrantes de una organización sunita extremista que encabezó una sangrienta rebelión en la provincia de Sistán y Baluchistán (sureste de Irán) hasta 2010. En la provincia de Sistán y Baluchistán vive una importante comunidad sunita con lazos en el vecino Pakistán.
En meses recientes, las fuerzas iraníes de seguridad y los Guardianes de la Revolución fueron objeto de varios ataques en Sistán y Baluchistán. A principios de diciembre dos personas murieron y otras 40 resultaron heridas en la ciudad portuaria de Chabahar.
El ataque fue obra de “terroristas con apoyos externos” aseguró el canciller iraní, Mohammad Javad Zarif. El pasado 29 de enero tres miembros de un equipo de desactivación de explosivos resultaron heridos mientras intentaban desarmar un artefacto en la ciudad de Zahedán.
Un segundo explosivo estalló junto al lugar en que trabajaban, explicó la policía. El 2 de febrero, un integrante de los Guardianes de la Revolución murió y otros cinco fueron heridos en un ataque en la localidad de Nikshar, situada en la prima provincia, en un atentado que también fue reivindicado por Jaich al-Adl.
El ataque más sangriento que ha sufrido en los últimos tiempos Irán fue en septiembre, cuando un grupo de asaltantes mataron a 24 personas durante un desfile militar en la ciudad de Ahvaz (suroeste).
Fuente: El Comercio – Nota original: LINK