La primera piedra de la central hidroeléctrica Toachi Pilatón fue colocada por el pasado gobierno en enero de 2008 con la promesa de terminarla en 2012.
Once años han pasado y aún se deberá esperar para verla funcionar. Irregularidades e inconvenientes con diferentes contratistas han interrumpido la construcción varias veces. Las actuales autoridades anunciaron que se retomarán los trabajos que estuvieron paralizados desde 2017 y ofrecen acabar en 2021.
Toachi Pilatón era una de las obras catalogadas como “emblemáticas” por el anterior régimen y, al igual que en otras megainfraestructuras, se invirtieron fuertes sumas de dinero sin que llegaran a ser concluidas.
Casi $ 400 millones se han inyectado hasta la fecha. Para completar la hidroeléctrica se requieren otros $ 140 millones adicionales. Para intervenir en ella el Ministerio de Energía y Recursos Naturales No Renovables solicitó al presidente de la República -Lenín Moreno- que la declarara en estado de emergencia.
En 2016, Ecuador terminó unilateralmente el contrato con la empresa rusa Inter Rao, que estaba a cargo de ejecutar el proyecto. En su lugar se encomendó esa responsabilidad a la firma Tyazhmash, también de origen ruso, que era una subcontratista de Inter Rao y que entregó los equipos electromecánicos del proyecto.
En una entrevista con Ecuador TV, el ministro de Energía y Recursos No Renovables, Carlos Pérez, manifestó que el Gobierno ecuatoriano intentó resolver las diferencias con Inter Rao.
“Inclusive viajó una comisión a Rusia, hubo negociaciones y conversaciones con autoridades, pero no se llegó a ningún acuerdo para que ellos terminen bajo los términos originales del contrato. Hubo una incapacidad de la empresa para terminar el proyecto”, describió el funcionario.
Fuente: El Telégrafo, nota original: LINK