Luego de batallar contra el fuego por unas cuatro horas, los bomberos anunciaron una noticia que generó algo de alivio: “Podemos considerar que la estructura de Notre Dame está a salvo y preservada en su totalidad”, dijo el jefe de los bomberos de París, el general Jean-Claude Gallet.
Pero, fue en la madrugada de hoy que anunciaron que está controlado y parcialmente sofocado”. El presidente francés, Emmanuel Macron, proclamó el pasado lunes que su intención es “reconstruir Notre Dame todos juntos”, y consideró que, gracias a la labor de los bomberos, se ha evitado lo peor.
“Las próximas horas serán difíciles, pero gracias a su coraje (de los bomberos) la fachada y las dos torres principales no se han caído”, dijo a la prensa. Una multitud de parisinos y turistas estupefactos, algunos llorando y otros rezando, miraban con horror en el centro de París cómo las llamas devoraban la emblemática catedral.
Exclamaciones y gritos de “Dios mío” empezaban a oírse hacia las 19:50 (12:50 de Ecuador), una hora después de comenzar el incendio, cuando parte de la aguja se vino abajo, mientras las llamas se extendían por todo el techo. Segundos más tarde, las cámaras de cientos de teléfonos móviles captaban cómo el resto de la aguja se derrumbaba, en medio de gritos de estupor.
“París está desfigurada. La ciudad nunca será como era antes”, declaró Philippe, un trabajador en comunicación de unos 30 años, que pasó en bicicleta después de que un amigo le avisara del incendio que se declaró en la catedral. Hasta el cierre de esta edición se desconocía el origen del siniestro, pero según los bomberos estaría “potencialmente relacionado” con trabajos de renovación de la edificación. Pero el gobierno de Emmanuel Macron suspendió el anuncio de medidas para frenar las protestas de los ‘chalecos amarillos’.
Nuestra Señora de París es un edificio emblemático de Francia y de toda Europa y personaje de la novela ‘El jorobado de Norte Dame’, de Víctor Hugo, que sirvió para salvar la catedral. La construcción comenzó a mediados del siglo XII y terminarla demoró dos siglos. Entre 12 y 14 millones de personas, es decir una media de 35 000 por día, visitan cada año esta obra maestra de la arquitectura gótica, situada en la île de la Cité, en el corazón del París medieval.
Durante la Revolución Francesa, la catedral sufrió numerosos actos vandálicos, en los que se desarmó su aguja, se saqueó su tesoro y las grandes estatuas del pórtico resultaron destruidas.
Los revolucionarios incluso organizaron un “culto de la razón” el 10 de noviembre de 1793, poco antes que el catolicismo fuera prohibido en París y su destino fue el de ser un almacén.
Fuente: El Comercio, nota original: LINK