Las Naciones Unidades decidieron dedicar el 2019 a las lenguas ancestrales para adoptar medidas que las preserven y revitalicen. En Ecuador, los proyectos y estrategias no son suficientes para detener su desaparición.

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Imagen referencial de Quito - Créditos: Shutterstock

Jorge Gómez Rendón, docente de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador (PUCE), tiene una crítica particular al plan gubernamental de rescate y preservación de las lenguas. Considera que la amenaza se asienta en procesos más grandes como la pérdida de la diversidad cultural, procesos de migración y de territorio.

“La lengua de una comunidad necesita de un territorio donde sobrevivir porque ahí es donde se reproducen sus hablantes y esta relación está codificada en la lengua”, reflexiona el doctor en lingüística teórica.

Dice que de las 14 nacionalidades indígenas hay solo 12 lenguas ancestrales. La razón es que los últimos hablantes de andoa y de zápara fallecieron hace casi siete años.

Más allá de estudiar los derechos lingüísticos de estas comunidades, piensa que sería mejor trabajar en sus derechos sociales, económicos, culturales y territoriales.

Fuente: El Telégrafo – Nota Original: LINK