Para sustentar esta teoría, Sullivan ha profundizado en un estudio del ADN de Ozzy realizado en 2010 por una empresa de Massachusetts que quiso averiguar cómo se las ha apañado el viejo rockero de 70 años para vivir tanto tiempo a pesar de sus excesos con el alcohol y las drogas.
Una vez realizada la interpretación del genoma del músico, Sullivan concluye que «Ozzy es de hecho un mutante genético» que ha logrado mantenerse con vida gracias a una peculiaridad en su ADN que lo ha hecho resistente a años de abuso de sustancias.