Tras haber pasado el miércoles en Omaha (Nebraska), Obama estuvo hoy en Baton Rouge (Luisiana) para seguir debatiendo con los ciudadanos sobre los temas que abordó en su último discurso sobre el Estado de la Unión, pronunciado el martes ante el Congreso.
El presidente dio un breve discurso en el instituto de educación secundaria McKinley, situado en un barrio de Baton Rouge población mayoritariamente afroamericana, y después respondió a preguntas de la audiencia.
A continuación participó en otra sesión de preguntas a través de su cuenta oficial de Twitter, donde volvió a cargar contra el discurso del odio y el miedo al otro que, a su juicio, están usando algunos de los precandidatos presidenciales republicanos.
Ante una pregunta sobre cuál es su «plan» para poner fin a la creciente «islamofobia» en Estados Unidos, Obama matizó en un tuit que una «abrumadora mayoría» entiende que la diversidad y el pluralismo religioso son una de las «mayores fortalezas» del país.
«Así que todos tenemos que manifestarnos contra los prejuicios y estereotipos, para proteger la libertad de los demás y también la nuestra», pidió en otro tuit.
Durante el acto en el instituto ante unas 1.000 personas, Obama recordó que, como dijo en su discurso sobre el Estado de la Unión, una de las cosas que más le duelen es que durante su presidencia han crecido el «rencor» y la polarización política.
No obstante, se mostró optimista sobre la posibilidad de «sorprender a los cínicos» este año con la aprobación en el Congreso de leyes sobre temas que cuentan con cierto apoyo bipartidista como la reforma del sistema de justicia penal o las desgravaciones tributarias «para ayudar a muchas personas a salir de la pobreza».
Al mismo tiempo Obama se declaró «realista» en cuanto a la dificultad de que el Congreso apruebe en el año que a él le queda de mandato otras propuestas como el aumento del salario mínimo o la reforma migratoria.
En otro momento del acto una mujer pidió a Obama «consejos» para ser como él y su esposa, Michelle.
En respuesta Obama dijo que él y Michelle están hoy en la Casa Blanca porque, en el camino, hubo personas que «invirtieron» en ellos.
«El mejor consejo es que no solamente trabajen duro para merecer esa inversión, sino que ustedes inviertan también en las nuevas generaciones», resumió.
También afirmó que «hay tres cosas seguras en la vida: la muerte, los impuestos y que Michelle no competirá (por la presidencia)», en respuesta a la pregunta de otro ciudadano presente entre el público.
Obama anticipó, no obstante, que su esposa se mantendrá «muy activa» cuando deje la Casa Blanca, puesto que será una ex primera dama «muy joven».
El presidente agregó que tanto él como Michelle planean seguir teniendo una «agenda grande» cuando termine su mandato en enero de 2017, enfocada en asuntos por los que están trabajando desde la Casa Blanca como la educación o el apoyo a los jóvenes de grupos minoritarios.
Por otro lado Obama aprovechó la ocasión para elogiar al gobernador demócrata de Luisiana, John Bel Edwards, por tomar el paso «valiente y sabio» de expandir en el estado el programa de seguros médicos para los pobres conocido como Medicaid.
Edwards asumió el cargo esta semana en sustitución del gobernador republicano Bobby Jindal, exaspirante a lograr la candidatura presidencial del partido para las elecciones del próximo noviembre.
La reforma sanitaria promulgada por Obama en 2010 pide a los estados la expansión del Medicaid, pero más de una docena de ellos, en su mayoría controlados por republicanos, se niegan a hacerlo.
Para tratar de incentivar a esos territorios rebeldes, la Casa Blanca anunció hoy que Obama pedirá al Congreso, en la propuesta presupuestaria para el año fiscal 2017 que prevé presentar el próximo mes, que los tres primeros años de expansión del Medicaid en los nuevos estados que se sumen sean financiados con fondos federales.
Para culminar una semana dedicada a su último discurso sobre el Estado de la Unión, Obama será entrevistado este viernes por tres celebridades de YouTube y responderá de nuevo a preguntas ciudadanas.