Entre la amenaza de una nueva paralización de parte del movimiento indígena y la resistencia de los asambleístas a aprobar un proyecto grande e inconsulto, el Gobierno amplió la mesa de diálogo y, con ello, las posibilidades de consenso.
Más allá de la resistencia de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), tres hechos marcaron este giro político del régimen.
El primer hecho se relaciona con el Frente Unitario de Trabajadores (FUT). Esta organización sindical advertía con otra movilización para octubre, que fue suspendida luego de que el Gobierno dijera que no dialogará con esta amenaza y del pedido de otras entidades.
Además, el Gobierno ha segmentado su propuesta económica-productiva, así como los tiempos de envío, pese a los plazos que establece la Carta de Intención firmada con el Fondo Monetario Internacional.
Fuente: El Universo, nota original aquí: LINK