España acoge la cumbre climática del 2 al 13 de diciembre. Los científicos alertan de las graves consecuencias que sufrirá el mundo si no se producen cambios profundos en la actividad humana para frenar el calentamiento global.
Las protestas masivas, un cambio de sede de última hora y una advertencia en torno a los puntos de inflexión climática añaden una inesperada incertidumbre a una cumbre internacional anual sobre el calentamiento global que arrancará mañana en Madrid.
La cita tenía que celebrarse en Chile, pero tuvo que ser trasladada a Madrid por las protestas violentas y situación social que vive el país sudamericano.
La cumbre mundial del clima o COP25 constituye la última reunión para activar el Acuerdo de París de 2015, concebido como el primer pacto mundial vinculante de 190 países en defensa del clima del planeta, y que tiene que estar plenamente vigente en enero de 2020.
Sin embargo, la meta de limitar a 1,5 grados el aumento de la temperatura del planeta es complicada tras la salida de Estados Unidos del pacto.
Por otro lado, el objetivo de Alemania de eliminar el 40% de los gases de efecto invernadero para 2020 está muy lejos de cumplirse.
Muchos expertos ponen en duda la eliminación paulatina del carbón para 2038. Además, las emisiones del transporte público aumentaron en los últimos años.
En este contexto, la reunión que se celebrará entre el 2 y el 13 de diciembre en Madrid exige a los países compromisos más ambiciosos de reducción de sus emisiones de gases de efecto invernadero.
En entrevista con DW, el secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, expresó que “será crucial que todos los Estados y el sector privado, empresas y la sociedad civil, dejen claro que quieren superar esta situación, porque no es sostenible”.
Fuente: El Telégrafo, Nota Original: aquí