Los organizadores de los Juegos Olímpicos de Tokio y el gobierno de Japón salieron al paso ante la posibilidad de una cancelación de las justas de 2020 luego que un prominente miembro del COI señaló que las mismas corren peligro por el brote del coronavirus, con un plazo de tres meses para probablemente decidir su futuro.
El director ejecutivo del comité ejecutivo de Tokio 2020, Toshiro Muto, convocó abruptamente a una rueda de prensa la tarde del miércoles para referirse a las declaraciones formuladas por Dick Pound, exvicepresidente del Comité Olímpico Internacional, en una entrevista con The Associated Press.
“Partimos con la premisa de que vamos a realizar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos tal y como está previsto”, dijo Muto. “De momento, la situación por las infecciones de coronavirus es, se debe reconocer, difícil de pronosticar, pero tomaremos las medidas necesarias para tener unos Juegos Olímpicos y Paralímpicos con seguridad”.
El brote de coronavirus detectado en China en diciembre ha infectado a más de 80.000 personas y causó más de 2.700 muertes en todo el mundo. China reportó 2.715 decesos en 78.064 casos en el territorio continental.
En Japón, el COVID-19, la enfermedad causada por el virus, dejó cinco fallecidos. Pound dijo a la AP que el virus de rápida propagación podría cancelar los Juegos.
“Tenemos como dos meses para tomar la decisión”, dijo Pound, en una entrevista telefónica desde su residencia en Montreal.
“Hay que considerar una cancelación. Esta es una nueva guerra y hay que lucharla”, dijo Pound. “Alrededor de esa fecha, diría que tendremos que preguntarnos: “¿Esto está bajo suficiente control para viajar con confianza a Tokio o no?” Pound habló como un miembro más del COI, no como integrante de la actual directiva de la entidad, pero sus puntos de vista tienen gran influencia en el movimiento olímpico.
“Que fines de mayo es el plazo, pues eso es algo que nunca hemos escuchado”, dijo Muto. “Cuando hemos preguntado al respecto, nos han respondido diciendo que esa no es la posición del COI”.
El COI ha dicho reiteradamente que los Juegos de Tokio se realizarán en la fecha prevista y que sigue las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, agencia adscrita a las Naciones Unidas.
El virólogo japonés Hitoshi Oshitani, quien previamente trabajó con la OMS, dijo la semana pasada que no podría predecir la situación dentro de cinco meses.
Está previsto que los Juegos Olímpicos comiencen el 24 de julio con 11.000 atletas en competición. Los Paralímpicos arrancan el 25 de agosto con 4.400.
El australiano John Coates, otro miembro del COI y jefe de la misión de inspectores de Tokio, subrayó que el COI cuenta con un fondo de emergencia de unos USD 1.000 millones como respuesta en caso de una cancelación de una cita olímpica.
“Los Juegos no se van a cancelar”, dijo Coates, citado por el diario Sydney Morning Herald. “Pero si fueran cancelados, entonces el COI está en condiciones de seguir contribuyendo financieramente a las disciplinas participantes y a los comités olímpicos nacionales.
En una reunión de agencias gubernamentales el miércoles sobre el brote del virus, el primer ministro Shinzo Abe pidió la cancelación o demora de los principales eventos deportivos y culturales previstos para las dos próximas semanas para evitar nuevos contagios.
“Las próximas semanas son extremadamente importantes para la prevención de una escalada de las infecciones”, dijo Abe. “Hemos pedidos a los organizadores que cancelen, pospongan o reduzcan la magnitud de esas competiciones”.
No mencionó eventos específicos, pero apuntó a competencias en el país que atraigan a numeroso público. Por otra parte, el vocero del gobierno dijo que los preparativos olímpicos seguirían adelante.
La ventana de tres meses también ampararía a los patrocinadores y dueños de derechos de televisión, que necesitan tener certeza para proseguir con los preparativos.
También están todos los deportistas, viajeros y aficionados que han adquirido 7,8 millones de entradas para los Juegos Olímpicos y 2,3 millones para los Paraolímpicos.
Fuente: El Telégrafo – Nota Original : LINK