No hacen nada, no dicen nada, eso da temor y mucha gente por eso no sale a las calles”, dice Arnulfo Balladares, un nicaragüense de 65 años que trabaja como cobrador de autobús en Managua y que cuestiona la inacción del Gobierno ante la llegada del COVID-19.
En el país centroamericano se anunció el pasado 18 de marzo el primero de los cuatro contagiados de coronavirus que registra hasta el momento y de los cuales uno falleció.
Pese a no existir ninguna medida de confinamiento ni suspensión de actividades, como en los demás países de la región, los nicaragüenses han iniciado cuarentenas voluntarias con algunas reservas de comida, no envían a sus hijos a clases y utilizan mascarillas de tela, que se venden en unos USD 0,30, y mezclas de agua con cloro como desinfectante.
En este país de más de 6 millones de habitantes, se vive un ambiente de creciente malestar con el Gobierno del presidente Daniel Ortega por la falta de acciones contundentes contra la pandemia del nuevo coronavirus que se originó en China y está presente en unos 188 países, ha causado la muerte de más de 27 mil personas y ha infectado a más de 600 000.
Ante la llegada del virus, el Gobierno desplegó a cientos de brigadistas para que casa por casa brinden información y consejos de prevención; esta estrategia ha sido muy efectiva en el país en otras enfermedades como el dengue, pero en esta ocasión ha sido criticada por expertos, publicó BBC.
“Estamos ante una epidemia con un virus altamente contagioso y las medidas deberían ser diferentes. Se procedió con las visitas, que… parte de la población rechazó y dejó al personal sanitario también incómodo”, dice Miguel Orozco, especialista en salud pública del país.
Para el líder opositor Juan Sebastián Chamorro, en el país “hay un programa de propagación, más que de prevención” que dice se pudo evidenciar cuando el Gobierno contradijo recomendaciones internacionales de evitar multitudes y convocó el 15 de marzo a la marcha “Amor en tiempos del COVID-19”, liderada por servidores públicos, registró CNN.
El llamado a tomar precaución para evitar un contagio masivo ha venido de la empresa privada y del sector civil. Según una encuesta difundida por Cid-Gallup en redes sociales, el 65 % de la población “no está de acuerdo” con la respuesta del Gobierno ante la pandemia.
Las autoridades no han precisado cifras sobre más pruebas, ni si los 19 hospitales y el personal de salud designado para la epidemia están abastecidos, pero el Ministerio de Salud asegura contar con un laboratorio biomolecular para hacer pruebas rápidas.
Presidente de México cambia postura y pide que no salgan
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, incitó a los mexicanos a “quedarse en casa” a fin de evitar la propagación del COVID-19, en un cambio radical de su postura tras el incremento de cifras de contagiados y muertos.
“Ahora lo que queremos es que se retiren todos, que estén en sus casas, con sus familias, ayúdennos también a guardar la sana distancia y que haya higiene”, dijo López Obrador a través de sus redes sociales.
El mensaje llegó luego de que la secretaría de Salud informó de 717 casos del virus y 12 muertos, un aumento de 132 casos y cuatro decesos en 24 horas.
López Obrador, conocido por el acrónimo AMLO, dijo que de no quedarse en casa se van a disparar los contagios y se van a saturar los hospitales, pese a que están preparados.
Hasta hace unos días, AMLO sugería a los mexicanos salir y seguir en sus actividades, daba la mano y abrazos, pese a las recomendaciones sanitarias.
Su comportamiento ha sido blanco de fuertes críticas desde diferentes sectores, incluida la ONG Human Rights Watch que lo consideró “peligroso”.
Fuente: El Universo-Nota Original: LINK