Más de 600 000 personas perdieron su empleo en el Reino Unido entre marzo y mayo debido al confinamiento contra la pandemia de coronavirus, según datos publicados el martes 16 de junio por la Oficina de Estadísticas Nacionales (ONS).
Una primera estimación sitúa en 163 000 el número de empleos perdidos en mayo, que se suman a los 449 00 destruidos de abril, precisó la ONS. El Reino Unido impuso el confinamiento el 23 de marzo y comenzó a salir de él gradualmente el 1 de junio.
Para preservar el empleo durante la pandemia, el gobierno británico puso en marcha un dispositivo por el cual cubre el 80% de los salarios, limitados a un máximo de 2 500 libras mensuales, de los trabajadores que no sean despedidos.
Este mecanismo comenzará a reducirse progresivamente a partir de agosto hasta finalizar totalmente en octubre. Gracias a él, la tasa de desempleo, que no incluye a dichos trabajadores en paro parcial, se mantuvo sin cambios en 3,9% en abril, su nivel más bajo en 45 años.
Pero “la cifra de desempleo no refleja el alcance de la desaceleración” económica, advierte el centro de reflexión Capital Economics. El número de personas en desempleo parcial, que técnicamente no perdieron sus trabajos, aumentó en más de 6 millones de personas entre marzo y abril, señaló la ONS.
Según cifras publicadas por separado el martes por el Tesoro británico, este dispositivo acoge actualmente a 9,1 millones de empleados. “La desaceleración económica está afectando ahora visiblemente al mercado laboral, en particular en términos de horas trabajadas”, precisó la ONS, subrayando de que el número de puestos de trabajo disponibles podría seguir disminuyendo.
Debido al confinamiento impuesto para frenar la propagación de la covid-19, la economía británica se contrajo un 20,4% en abril respecto al mes anterior, la mayor contracción desde que existen registros.
Fiona Cincotta, analista de Gain Capital, advierte del “golpe brutal que caerá sobre el mercado laboral cuando se interrumpa el mecanismo ” de preservación de empleo en octubre.
Fuente: El Comercio – Nota Original: LINK