El parto con diagnóstico de coronavirus ha sido uno de los grandes dramas durante la emergencia sanitaria por el covid-19 en Guayaquil.
El Hospital Alfredo Paulson, de la Junta de Beneficencia, ha atendido más de 40 partos de mujeres con covid-19 y habilitó zonas de aislamiento.
El Municipio de Guayaquil implementó un programa emergente de atención prioritaria gratuita para gestantes de escasos recursos en una clínica privada, pero las embarazadas diagnosticadas con coronavirus son derivadas para su atención al Hospital General Guasmo Sur, que fue el primer hospital centinela contra el virus SARS-CoV2 en el país.
El sistema de salud público del gran Guayaquil registró entre marzo y mayo una reducción del 22,44% de nacimientos con respecto a 2019.
De 8 054 nacidos vivos en los tres meses del año pasado se pasó a 6 247 en este año, según la Coordinación Zonal 8 del Ministerio de Salud Pública (MSP).
La zonal incluye a Guayaquil, Durán y Samborondón. La mayor diferencia en el número de nacidos vivos en establecimientos del MSP se registró en mayo del 2020, con 1 507 nacimientos, 1 246 menos que en el mismo mes de 2019.
El temor a contagios en el sistema público aumentó la demanda de servicios privados o subvencionados. El Alfredo Paulson atendió 1 356 partos entre naturales y cesáreas entre marzo y mayo -el promedio habitual es de unos 300 al mes-.
“Según la evidencia científica no existe transmisión vertical del virus madre-hijo”, indicó Iván Altamirano, director técnico encargado del hospital.
El especialista recuerda el caso de una mujer de 33 años, en la etapa final del embarazo, que llegó de emergencia a comienzos de abril y que resultó positiva para covid-19.
“Llegó con insuficiencia respiratoria aguda, colapsó, se desmayó, hubo que intubarla de emergencia y fue operada con respiración asistida”, contó.
Se pudo salvar al bebé y a la madre -dijo-, pero ella pasó tres semanas en cuidados intensivos antes de dejar el hospital. La mayor parte del tiempo estuvo inconsciente, “intubada por más de 12 días”.
El Municipio de Guayaquil habilitó programa emergente
Cinthia Jara cuenta que vivió momentos de temor e incertidumbre entre marzo y abril, en los dos últimos meses de su embarazo, durante el pico más alto de contagios y muertes por covid-19 en Guayaquil.
Tras la sobrecarga de malas noticias de esos días, la guayaquileña de 29 años dio a luz a Itan, su segundo hijo, el pasado 8 de mayo.
Itan nació sano, con 52 centímetros de estatura y casi 8 libras de peso en el hospital de segundo nivel de Aprofe, gracias a un programa que el Municipio de Guayaquil habilitado durante la emergencia sanitaria.
“En Guayaquil aún no se venía una salida a la pandemia y con mi esposo vivíamos desesperados por recurrir a un lugar seguro, con el temor de que nos pudiéramos contagiar en una maternidad pública y obviamente también la criatura”, contó Jara.
El plan ejecutado en primera fase por el Cabildo porteño en un convenio con la Asociación Pro Bienestar de la Familia Ecuatoriana (Aprofe) tuvo por objetivo brindar un espacio seguro para el parto a mujeres en situación vulnerable, evitando el riesgo de contagio por covid-19.
Jara hubiera tenido que dar a luz por cesárea en la Maternidad del Guasmo, en una zona popular que fue foco de contagio en el sur de la ciudad. En un momento a Jara le informaron que ya no podría dar a luz en ese centro y le quedaba la opción del Hospital del Cisne 2, ubicado también en el sur.
“El problema era que en el Cisne atienden partos normales y lo mío era cesárea”, contó. A mediados de abril la alcaldesa de Guayaquil, Cynthia Viteri, anunció el plan emergente para gestantes. Jara llenó la ficha de inscripción y la familia resultó favorecida.
Luego de citas prenatales Itan nació por cesárea programada a las 11:00 del 8 de mayo, en medio de “rigurosos protocolos” sanitarios y medidas de bioseguridad. Ni el bebé ni la familia han tenido contacto con el nuevo coronavirus.
El proyecto continúa en implementación y suma 150 consultas médicas especializadas. El programa municipal contó con un presupuesto inicial de USD 100 000 y registraba hasta inicios de julio 106 alumbramientos, entre partos naturales y cesáreas, con el nacimiento de 49 niñas y 58 niños.
El convenio sufrió una adenda de USD 400 000 en una segunda fase que está en implementación, según informó Vivianne Almeida, directora de la Dirección Municipal de la Mujer, una fase “que busca una respuesta más integral” con foco en la planificación familiar y el control prenatal.
Fuente: El Comercio – Nota Original : LINK