Ellos corresponden al 13% de los 227.263 personas designadas. La mayoría ha realizado la instrucción de manera virtual, pero con ciertas dificultades como señala Steven Paredes.
Él fue designado como secretario en la junta 249 de una unidad educativa ubicada en el norte de Guayaquil. Realizó tres intentos y al cuarto pudo capacitarse. Demoró cerca de dos horas.
«Yo me enteré que fui asignado MJRV cuando busqué el lugar de votación y porque también me enteré de que otras personas se estaban capacitando. Cuando entré al sitio pensé que había alguien conectado, pero hay un simulador y al final dan un certificado», explica.
Génesis Avilés también hizo el mismo proceso, pero ella tardó 45 minutos. Dice que por falta de tiempo hizo una «capacitación fugaz». No vio todo el material expuesto en la plataforma aduciendo que ya tiene conocimientos por haber participado en anteriores procesos electorales.
«Me llegó a mi correo electrónico personal la fecha de capacitación. Hay una serie de videos, pero no los vi. Igual contesté las preguntas y muchas de ellas me las sabía porque la mayoría estuvieron fáciles», cuenta la joven que fue designada como tercera vocal suplente.
Steven accedió a la capacitación buscando el enlace en el sitio web del Consejo Nacional Electoral (CNE) y Génesis por el correo electrónico, al cual le llegó el link. Ambos rindieron una evaluación de 20 preguntas con un tiempo límite de 30 minutos, y con la posibilidad de cuatro intentos. Y obtuvieron un certificado que avala su capacitación y que les evita pagar los $ 40 de multa por inasistencia.
En tanto, en las capacitaciones presenciales no existe este método del cuestionario. El MJRV observa y participa de la instrucción en caso de tener una duda.
El viernes pasado, Orlando Ortega acudió a una de las primeras capacitaciones en Guayaquil. Anotaba lo que decía la instructora y preguntaba cuántas veces había procedimientos de desinfección.
Según Miguel Díaz, capacitador nacional del CNE, los MJRV se cambiarán tres veces de mascarilla durante la jornada y los procesos de desinfección del material será constante, pero con un detalle: «Les estamos indicando que por nada del mundo se fumigue o se eche alcohol a los documentos electorales porque los dañaría. Solo son las superficies como biombos, plumas, etcétera», apunta.
Esta capacitación se realizó en el Colegio de Arquitectos del Guayas con una participación de ocho personas, un aforo permitido de acuerdo a John Gamboa, director electoral de esa provincia.
«Mientras tengamos el aforo necesario no hay ningún problema, pero si es una institución pública o privada como los colegios, donde hay una estipulación específica del COE en el que prohíbe que se abran, en esos casos hablamos con el COE para que autorice, pero en otro lugar donde no haya impedimento formal, nos organizamos», explica.
El COE de Guayaquil establece un aforo máximo del 30%. Y esta aula su capacidad, sin COVID-19, es cerca de 30 a 40 personas. Es decir, tuvo una capacidad menor del porcentaje permitido.
En otros cantones del Guayas como Palestina, Salitre también se realiza estas instrucciones en distintos horarios con cinco, seis y hasta siete personas.
En estas etapas, los MJRV revisan el material electoral, arman y ubican los biombos, todos firman el acta de instalación. Así también deberán desinfectar cada 20 sufragantes a los esferos, marcadores y biombos.
Habrá doce mascarillas, tres para el presidente de la junta, la misma cantidad para el secretario, primer y segundo vocal; o a su vez suplentes, en caso de ausencia de los principales.
«Se tiene que desinfectar la superficie de los pupitres, mesas y al mediodía se hace un cambio de mascarilla y a partir de las 17:00 (cuando se cierran las votaciones), el tercer cambio», indica Díaz.
Las capacitaciones se realizarán hasta el día de las elecciones, el próximo 7 de febrero.
Nota Original: El Universo – LINK