De ser aprobada la Ley de Infraestructura por el congreso estadounidense, se requeriría que los autos nuevos tengan tecnología para evitar que las personas ebrias conduzcan. Esta medida podría reducir significativamente una de las principales causas de muerte no solo en Estados Unidos, pero en el mundo.
Según la Administración Nacional de Seguridad del Tráfico en las Carreteras, solo en el país norteamericano más de 10 000 personas murieron en choques que involucraron a un conductor en estado de ebriedad, en el año 2019.
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