El proyecto, informó hoy la Dirección del Parque Nacional Galápagos (DNPG), comenzó con 97 huevos y dos tortugas recién nacidas que fueron llevadas al Centro de Crianza Fausto Llerena, en la isla de Santa Cruz.
Allí, los huevos permanecerán en incubadoras y los dos pequeños ejemplares serán criados en condiciones adecuadas hasta que tengan cinco años.
Se considera que a esa edad, las tortugas ya estarán a salvo de los eventuales ataques de especies introducidas en las islas, como los cerdos ferales y la Hormiga de Fuego.
La presencia de estas especies, junto a la baja población de tortugas, ha llevado al parque a poner en marcha este plan de preservación de la «Chelonoidis donfaustoi», nombre que recibe la nueva especie, descrita formalmente en octubre por científicos internacionales tras efectuar exámenes genéticos.
Los huevos de estas tortugas, cuya población se localiza en la parte este de Santa Cruz, son introducidos en cámaras especiales con incubadoras durante el último mes de incubación, agregó la institución en un comunicado.
Los responsables del centro de crianza se encargan de vigilar la temperatura de las incubadoras, lo que permite el nacimiento de machos cuando ésta es de 28 grados centígrados y de hembras, cuando es de 29,5 grados.