Este lunes la misión ruso-europea Exomars 2016 inició su viaje hacia Marte. La sonda se convertirá en el cuarto aparato controlado que pise suelo marciano con éxito.

Este lunes, Exomars 2016 inició su periplo a Marte. Desde el cosmódromo de Baikonur, ubicado en Kazajistán, salió la misión ruso-europea en búsqueda de vida en el planeta rojo.

Según recogieron varios medios internacionales, el director de Exploración Robótica de la Agencia Espacial Europea (ESA), Alvaro Giménez afirmó que “llegar hasta aquí ha sido un largo camino. Tenemos la sensación de que es un sueño hecho realidad. Pero es solo el principio. Nos queda mucho camino por delante para comprender Marte”.

El cohete que fue nombrado Protón, transporta una sonda capaz de detectar gases a nivel de vestigios, llamada TGO (Trace Gaz Orbiter). Según EFE, una vez establecido contacto con la nave, las operaciones de vuelo quedarán a cargo de la ESA, que intentará precisar la trayectoria de la cápsula espacial a través de los datos de radiometría recogidos por su estación de Maspalomas (España).

“Al aproximarse a la atmósfera marciana el módulo superior de la nave, el satélite Trace Gas Orbiter (TGO), expulsará la sonda Schiaparelli, un pequeño laboratorio científico de 600 kilos de peso que descenderá hacia el planeta rojo y reducirá su velocidad de 21 000 a 7 kilómetros por hora. Schiaparelli se posará en Meridiani Planum, una región que contiene una antigua capa de hematita, hierro y óxido, que en la Tierra aparecen casi siempre asociadas a zonas que contienen agua líquida, elemento esencial para el origen de la vida tal y como la conocemos”.