Según explicó tras la cita en el ministerio londinense, Abad transmitió a Swire la voluntad de Ecuador «de resolver la situación de Julian Assange en un marco de respeto al sistema internacional de derechos humanos de las Naciones Unidas», organismo que el pasado febrero se pronunció a favor del australiano.
«He expresado nuestra preocupación, compartida por el Alto Comisionado de la ONU de derechos humanos, de que contravenir la resolución de Naciones Unidas en el caso de Julian Assange sentaría un precedente negativo en la comunidad internacional», precisó en un comunicado colgado en la página web de la embajada.
A principios de febrero, el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la ONU concluyó que la retención del informático es «arbitraria» y pidió al Reino Unido y a Suecia que acaben con ella, además de asegurar que su decisión es vinculante, algo que ambos países han rechazado.
Abad también aclaró que el Gobierno de Quito «no se ha interpuesto a los procedimientos judiciales requeridos por la fiscal sueca, quien, por su parte, aún no ha cumplido los procesos estándar para la cooperación judicial internacional descritos en un acuerdo bilateral firmado recientemente entre Suecia y Ecuador».
De momento, el Foreign Office no se ha pronunciado sobre el contenido de la reunión, que duró en torno a media hora.
Suecia quiere interrogar a Assange por un presunto delito sexual que él niega y del que no ha sido acusado.
Tras años de falta de avances, Suecia y Ecuador suscribieron el 11 de diciembre un acuerdo de asistencia legal para facilitar el cumplimiento de diligencias judiciales y para poder interrogar al periodista en la legación diplomática.
La Fiscalía sueca, que hasta el año pasado se había negado a tomar declaración al informático en Londres e insistía en cambio en su extradición, anunció a principios de febrero que enviaría una petición para hacerlo.
Sin embargo, el 22 de ese mes los abogados de Assange, sospechoso actualmente de un delito de violación después de que otros cargos expiraran-, solicitaron a la Justicia sueca que retire la orden europea de arresto que llevó a la detención en 2010 del australiano y propició el proceso legal en el Reino Unido.
Sus representantes apelaron al mencionado dictamen de la ONU, del que hasta ahora han hecho caso omiso Estocolmo y Londres, que sigue comprometido a arrestar al fundador de WikiLeaks si abandona la embajada de Ecuador, país que le ha concedido asilo político.
Assange cumplió el pasado 19 de junio tres años refugiado en la misión ecuatoriana en Londres al término de un largo proceso legal ante la Justicia británica, que falló a favor de su entrega a Suecia.
La intención del periodista, de 44 años, es evitar la extradición al país escandinavo, porque teme ser enviado después a Estados Unidos, donde podría afrontar un juicio militar por los secretos sobre la seguridad estadounidense revelados por WikiLeaks.