Luego del sismo que se registró el pasado 16 de abril en Ecuador, de 7,8 grados varias casas, hospitales, escuelas y edificios quedaron destruidos completamente mientras que otros, a pesar de que no colapsaron del todo, deben ser demolidos ya que la estructura no se encuentra en buen estado. Según expertos en el área de arquitectura, el sismo sacó a la luz la vulnerabilidad de las construcciones en el país, especialmente en las zonas en donde hubo mayores afectaciones.
Existen casas que, pese a que deben seguir ciertas normas de construcción, tal y como lo comentó en una entrevista previa el arquitecto Felipe Muller, no cumplen cualidades de estructura adecuadas. Por ejemplo, no son edificaciones antisísmicas además de que existe un deficiente cálculo y diseño. Si es que serían construcciones bien edificadas, las estructuras no tendrían por qué venirse abajo en un sismo como lo ocurrido en Ecuador o incluso de una magnitud mayor, según explicaciones de expertos.
Otro de los grandes problemas para que varias estructuras no hayan resistido al sismo de 7,8 grados son los materiales con los que se construyeron esas edificaciones. Después de que varios expertos visitaran las zonas con más afectaciones, se pudo constatar que muchas casas fueron hechas con arena de mar, la cual resulta corrosiva ante un desastre natural, ya que no resiste de igual manera que otros materiales como la arena de río, que es lo que normalmente se usa para varias construcciones en el país. Por otra parte, el usar madera y caña puede permitir que la estructura se sostenga, ya que, según arquitectos, estos materiales se mueven con el sismo pero luego regresan a su posición original.
De igual manera, otro de los grandes problemas para que las estructuras no resistan, es el no cumplir con las normas y códigos de construcción. Pese a que la norma ecuatoriana para el levantamiento de casas, edificios, entre otros, es buena, si es que no se cumple con las normativas que exige cada municipalidad, la calidad de estas edificaciones no serán buenas, por tanto no resistirán, como fue el caso de la mayoría de las mismas en las zonas afectadas, especialmente en Pedernales, Manta y Portoviejo.
En las zonas afectadas viene un proceso largo de reconstrucción en donde lo más importante para estar prevenidos y evitar futuros colapsos de las estructuras, es que sean edificaciones antisísmicas, que se usen adecuadamente los materiales; es decir, una buena cantidad de hierro, no usar arena de mar, entre otros, y verificar que se cumplan las normas de construcción establecidas por cada una de las municipalidades.