La protagonista es Maria-Teresa Tess Asplund. Esta activista tiene 42 años, dos hijas, y nació en Cali (Colombia), donde fue adoptada cuando tenía 7 meses por una familia sueca, según recoge BBC Mundo.
El hecho se produjo el domingo 1 de mayo, en Borlänge, un pueblo del centro de Suecia de 50.000 habitantes. Ese día, unos 300 militantes del partido de extrema derecha Movimiento de Resistencia Nórdico marchaban desafiantes por las calles del pueblo, cuando Asplund les plantó cara.
«David contra Goliat. El valor, coraje y resistencia», reseñó el diario sueco Aftonbladet.
«Fue un impulso. Estaba tan enojada que simplemente salí a la calle y pensé, ni de broma, no pueden marchar por aquí, ningún nazi va a marchar por aquí, no está bien», aseguró Asplund.
Los neonazis pedían la expulsión de inmigrantes y proferían insultos contra distintos políticos por «traicionar» al pueblo.
«Uno de ellos me miró y yo le devolví la mirada. No dijo nada, y yo tampoco. La policía me sacó», explicó Asplund que lleva 26 años siendo activista contra el racismo.
Ahora, la mujer se dice asombrada por la repercusión que ha tenido el gesto. Dice estar al mismo tiempo orgullosa y asustada por la reacción que puedan tener los extremistas. «Estoy un poco asustada y preocupada», le dijo a la BBC Mundo.
La imagen fue captada por el fotógrafo David Lagerlöf, quien explicó que el momento fue muy emotivo. «De pronto apareció y se puso frente de los líderes de la marcha. Lo hizo sola, en situación de vulnerabilidad. No podía hacer nada contra ellos, que tienen un historial de violencia y crimen», afirmó.
De hecho, según relata Aftonbladet, la organización nazi, el mismo día de la manifestación, publicó un artículo para tratar de demostrar que el Holocausto es un engaño creado por los «medios de comunicación judíos».
Añade que militantes de este movimiento han cometido una serie de delitos de violencia contra los disidentes.
La decisión de permitir la marcha neonazi, el 1 de mayo, había generado polémica en días anteriores en Borlänge, pero las autoridades la defendieron, pues hay una ley constitucional en Suecia para expresar libremente opiniones y reunirse, según explicaron autoridades.
Los movimientos neonazis han aumentado en Suecia y en otros países europeos como resultado de la crisis migratoria.
Los 300 miembros del Movimiento de Resistencia Nórdico que marcharon ese día son, incluso, más que el número de ciudadanos suecos que, según el Servicio de Seguridad, han ido a Siria para luchar con el Estado Islámico, reseña Aftonbladet.