“Hoy lamentamos un asesinato brutal, una masacre horrible», declaró el mandatario sobre lo que también reconoció como el tiroteo más letal en la historia de Estados Unidos. El hecho ocurrido en el club ‘Pulse’ también ha sido señalado como el peor después de los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Obama se reunió con líderes del Buró Federal de Investigaciones y la Agencia de Seguridad Nacional, que investigan este tiroteo como un acto terrorista. Según el presidente estadounidense, ya se sabe lo suficiente para definirlo como un acto de ‘terrorismo y odio’.
«Este es un día especialmente doloroso para nuestros amigos que son lesbianas, gay, bisexual o transgéneros», reconoció el presidente, quien abogó por responder a la violencia con amor, y a no dejar que el miedo enfrentara a los estadounidenses.
Como tributo a las víctimas, las banderas serán izadas a media asta durante los próximos cuatro días.
Por su parte, demócratas y republicanos pusieron sus diferencias temporalmente a un lado para condenar la masacre.
El candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, comentó en su cuenta de Twitter el «lamentable tiroteo en Orlando», y agregó que la policía investiga un posible caso de terrorismo.
A su vez, el pre-candidato demócrata Bernie Sanders calificó el ataque de «horripilante» e «inconcebible», y reiteró que el gobierno debería prohibir la venta de armas diseñadas para matar gente, como el rifle de asalto que portaba el sospechoso.
«Debemos hacer todo lo posible para asegurarnos de que tales armas no acaben en manos de criminales, gente mentalmente enferma: esta lucha continua», afirmó Sanders a la cadena NBC.
Según informes locales, un escuadrón de la policía ultimó al asesino, de 29 años de edad, identificado como Omar Mateen, ciudadano estadounidense de origen afgano, nacido en 1986, quien era investigado por presuntos nexos con el grupo terrorista Estado Islámico y había expresado lealtad al EI poco antes del ataque.