Su esposa Melania Trump, que pronunció un discurso bien recibido por los delegados el lunes en la noche, fue rápidamente acusada de haber plagiado parcialmente un discurso de Michelle Obama en la convención demócrata de 2008, en una parte consagrada a la transmisión de valores. «Mis padres me imprimieron valores: que hay que trabajar duro para conseguir lo que quieres en la vida. Que la palabra es tu capital y que uno hace lo que dice y mantiene sus promesas.
Que uno trata a las personas con respeto. Me enseñaron a mostrar los valores y la moral en mi vida cotidiana. Esa es la enseñanza que doy a nuestro hijo», dijo Melania Trump. En su discurso de 2008, Michelle Obama declaró: «Barack y yo fuimos criados con los mismos valores: que hay que trabajar duro para conseguir lo que quieres en la vida; que la palabra es tu capital y que uno hace lo que dice que va a hacer; que uno trata a las personas con dignidad y respeto, aun cuando no las conozca, y aun cuando no se esté de acuerdo con ellas».
Tan similares fueron ambos discursos que la campaña de Donal Trump publicó un comunicado para explicar que el equipo que había escrito el discurso de Melania había «tomado notas sobre lo que le inspiraba en la vida, y en algunos casos, incluso fragmentos que reflejaban su propia reflexión».
El jefe de la campaña del magnate, Paul Manafort, negó que la antigua modelo hubiese copiado pasajes del discurso de Michelle Obama. «Ella habló ante 35 millones de personas, ella lo sabía», afirmó a la cadena CNN. «Imaginar que ella copiara las palabras de Michelle Obama es absurdo». Melania afirmó ante la convención que su marido estaba «preparado para dirigir el país» pero fueron las frases que parecían tomadas del discurso de Michelle Obama las que provocaron una polémica. «Su discurso y comportamiento fueron absolutamente increíbles. (Estoy) Muy orgulloso», tuiteó Trump.
El discurso de esta exmodelo de 46 años siempre elegante y, hasta el momento poco presente en la campaña puso el punto y final a la primera noche de la convención republicana, que debe nombrar oficialmente este martes a Trump como candidato del partido en las elecciones presidenciales del 8 de noviembre. «Vamos a ganar»: esas fueron las únicas palabras del millonario, usualmente hablador, antes de dejar a su esposa Melania el escenario del Quicken Loans Arena.
Ceñida en un largo vestido blanco, la tercera esposa del magnate de bienes raíces y 24 años más joven que él, nacida en Eslovenia y nacionalizada estadounidense en 2006, hizo con firmeza pero moderado entusiasmo un elogio de su marido, un hombre que «hará una verdadera diferencia». El Facebook del portal NBC News hizo una comparación de ambos discursos.
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