En un discurso televisado el martes por la noche, el primer ministro Narendra Modi anunció que los billetes de 500 y 1.000 rupias (6,7 y 13,4 euros), mayores valores en circulación, dejarían de tener valor legal a partir de medianoche, para «acabar con el dominio de la corrupción y el dinero negro».
Nuevos billetes de 500 y 2.000 rupias serán puestos en circulación el jueves. Los consumidores podrán cambiar sus viejos billetes o colocarlos en sus cuentas bancarias, lo que augura una avalancha hacia los bancos en los próximos días.
Este miércoles, los bancos estaban cerrados y los cajeros automáticos desconectados, para preparar la transición.
El miércoles la bolsa india operaba en baja de 1,4%, bajo el efecto conjugado de la elección de Donald Trump en Estados Unidos y de las repercusiones de este anuncio, tras haber abierto con un derrumbe del 6%.
La medida decidida por el gobierno nacionalista indio «afectará al consumo en toda India ya que la gente no tiene bastante dinero líquido para efectuar importantes transacciones en los próximos días», declaró a la AFP Sujan Hajra, economista de Anand Rathi Securities.
«Las mujeres que en sus hogares tienen un pequeño ahorro no tienen por qué preocuparse (…)» intentó tranquilizar en la televisión pública el ministro de Finanzas, Arun Jaitley. Pero «quien posea dinero de origen criminal va a tener un serio problema» advirtió.
Sin dinero para comer
Varias colas se formaron el martes por la noche, tras el anuncio de Narendra Modi, para retirar dinero líquido antes de que los cajeros automáticos fueran desconectados a medianoche.
El miércoles mucha gente se encontraba con problemas y fajos de billetes inutilizables. También los turistas se ven afectados.
«No tengo dinero para comprarme algo para comer» se lamenta Luca Alvarez, una turista española.
Pese a que se extiende en India el uso de tarjetas de crédito, especialmente entre la clase media, el dinero líquido representa un 90% de las transacciones en el país.
Unos 439.000 millones de dólares han salido ilegalmente de India entre 2003 y 2012, según una estimación del Global Financial Integrity, basado en Washington.
En el interior del país, los templos y ashrams (templos donde se enseña yoga) son habitualmente objeto de investigaciones, ya que son sospechosos de servir para el blanqueo de dinero. El sector inmobiliario también está repleto de dinero no declarado.
Menos del 3% de los indios declaran sus ingresos, según cifras oficiales.
El nacionalista hindú Narendra Modi, que llegó al poder en 2014, ha prometido reprimir los flujos de dinero ilegales mediante una serie de medidas, entre ellas una pena de 10 años de cárcel para la evasión fiscal.
Pese a la confusión provocada por este anuncio, a pocos meses de importantes elecciones regionales, los expertos opinan que serán benéficas a largo plazo para India.
La probable alza de los depósitos bancarios «debe permitir ‘formalizar’ al menos a buena parte de la economía informal del país» estima Shilan Shah, analista de Capital Economics. (I)