El índice medirá la eficiencia y eficacia interna, el aprendizaje efectivo en Matemática, Lengua y Literatura, Ciencias Naturales y Estudios Sociales; el bienestar escolar (ambiente en el aula, pertenencia institucional, relaciones sociales) y equidad en los aprendizajes.
El índice más bajo es 600 y es calificado como Emergente pues implica que la institución debe mejorar en varios aspectos, integrar a la comunidad educativa y estar predispuesta a los cambios; si alcanza los 700 (resultados variables) es catalogada como Comprometida y debe mejorar logros y nivel de gestión. Con 800 es Estable, esto quiere decir que la institución cumple con los estándares educativos y muestra condiciones para seguir mejorando; si alcanza los 950 puntos es calificada como Consolidada pues reúne todas las condiciones favorables para el aprendizaje y el bienestar escolar con equidad; mientras que con 1.000 puntos, la entidad educativa es valorada como Excelente.
Según explicó Peñafiel, cada escuela deberá mejorar continuamente, por ejemplo, si tiene 750 puntos y baja a 700 quiere decir que ameritará una intervención con asesores educativos para diseñar los planes de mejora institucional y aclaró que no se pretenden cerrar escuelas sino mejorarlas.
“Intervenir no quiere decir que vamos a entrar a la escuela con oficiales de policía; vamos a entrar a las escuelas con asesores educativos que van a ver cuáles son los resultados, que ha pasado y cómo mejorarlo, y diseñar el plan de mejora de manera conjunta, la escuela con el equipo del Ministerio de Educación”, puntualizó el secretario de Estado.
El objetivo es que las escuelas diseñen sus planes y los puedan cumplir, el índice no es punitivo ni sancionador es de acompañamiento, y que cada escuela y colegio desarrollen sus propios potenciales de acuerdo a sus realidades.
No existirá una categorización de escuelas como fue en el caso de las universidades y “no se va a comparar a una escuela con otra, vamos a comparar una escuela consigo misma, no habrá un ranking, sino mejorar dentro de la escuela, dentro de cada institución, en conjunto con padres de familia, estudiantes y profesores” comentó el ministro.
Harvey Sánchez, director del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineval), comentó que el indicador permite medir y mejorar el aprendizaje, pero sobre todo que se conformen verdaderas comunidades educativas para verificar si se satisfacen las demandas de los estudiantes.
“El objetivo es tener niños que no reprueben, que sean felices y que no haya discriminación como históricamente ha ocurrido con las etnias que han presentado tasas de menor asistencia, de mayor abandono», comentó Sánchez.
Explicó que la evaluación es un diagnóstico para decidir estrategias en cada espacio, no es lo mismo una escuela en Tena o en Guayas, porque son distintas realidades.
Estas decisiones, dijo, no serán impuestas sino que irán de la mano de los rectores, padres de familias y con las autoridades locales, y que reciban apoyo de la autoridad central.
Es decir luego de estos diagnósticos los recursos serán focalizados de manera diferenciada para afrontar los problemas con la comunidad educativa en el ámbito local. “Esta es la meta de esa síntesis de todas las evaluaciones que ya se hacen en todas las escuelas”, dijo Sánchez.