El 2016 fue un año duro para Ecuador… La tragedia del 16 de abril en la costa ecuatoriana difícilmente se podrá olvidar…

Foto: CNN en Español

Faltaba poco para que el reloj marcara las 7 de la noche de aquel sábado que cambiaría la vida de miles de personas en las provincias de Manabí, Esmeraldas, Santa Elena, Guayas, Los Ríos, Santo Domingo de los Tsáchilas… y en la que para casi 700 más, la vida simplemente terminó ese día.

 

A las 18:58 un potente terremoto de 7,8 grados en la escala de Richter sacudió varias ciudades…

Pedernales fue el epicentro del movimiento telúrico y la más afectada, pero el dolor y la destrucción se extendió por Manta, Portoviejo, Jama, Canoa, Bahía de Caráquez, Muisne, por nombrar algunas.

Según el informe oficial presentado por el Comité de Reconstrucción, el desastre dejó 671 fallecidos, casi 5000 heridos, más de 231 000 damnificados y daños por unos 3344 millones de dólares.

El terremoto dejó incomunicadas a las zonas afectadas, pasaban las horas y el país no conocía la magnitud del desastre.

El presidente Rafael Correa, que estaba fuera del país, suspendió si visita al Vaticano y retornó al país.

 

Poco a poco empezaron a surgir las primeras imágenes de lo ocurrido. El panorama se volvió desgarrador y el impacto por la situación llegó a cada rincón del país, que sin demora se movilizó para brindar su ayuda y enviar toneladas de donaciones…

Voluntarios, socorristas, médicos, activistas, futbolistas, constructores, religiosos, vendedores, empresarios, hombres, mujeres, niños, ecuatorianos, extranjeros… ciudadanos en general, prestaron sus manos y hasta el más pequeño recurso sumó para llevar un mensaje claro: “no están solos”. La solidaridad fue tal que conmovió más allá de nuestras fronteras y la ayuda empezó a llegar de todas partes del mundo.

 

En medio del dolor, se presentaban también historias milagrosas… el rescate de personas con vida era sin duda motivo de alegría dentro y fuera del país.

El Gobierno declaró el estado de excepción, accedió a varios créditos internacionales para enfrentar la emergencia, creó el Comité de Reconstrucción, implementó varios incentivos económicos para los damnificados como la entrega de bonos por 10 000 dólares para la construcción de casas y de 4 000 para reparaciones. También aprobó la Ley de Solidaridad que, a través del aumento de tributos, recaudó fondos que aseguró serían destinados a la tragedia.

 

Ocho meses y medio han pasado desde que ocurrió la tragedia y aunque en sus memorias quedará grabado ese fatídico día para siempre, su espíritu emprendedor ha hecho que poco a poco se levanten.