«El juez le dio a los demandantes exactamente lo que les correspondía, así que están muy satisfechos», dijo el jueves Brad Edwards, abogado de los exmiembros del Trump National Golf Club de Júpiter -145 km al norte de Miami- que demandaron al magnate inmobiliario hace casi 4 años.
En esa fecha, mayo de 2013, Trump no era todavía un presidenciable.
Era una estrella de telerrealidad cuya participación en la política se limitaba básicamente a cuestionar el lugar de nacimiento de Barack Obama, entonces presidente.
El juez federal Kenneth Marra decidió que el club rompió el contrato que mantenía con sus miembros cuando se negó a devolverles el depósito en el momento en que les retiró la membresía, en enero de 2013.
Los demandantes estaban en una lista de espera para desafiliarse del club. Según el contrato, ellos tenían derecho a seguir acudiendo hasta que éste reclamara sus membresías. Cuando llegara ese momento, debía devolverles los depósitos.
Pero cuando Trump compró el lugar, en noviembre de 2012, «su organización decidió que estos miembros que estaban en la lista de espera para desafiliarse tenían que pagar sus obligaciones, pero ya no podrían acudir al club», explicó el abogado Edwards.
Al serles negado el acceso, el Trump National Club Golf en los hechos les retiró la membresía y tendría que haberles devuelto los depósitos, pero no lo hizo. De acuerdo a los documentos judiciales, el club debía a los demandantes 4,85 millones de dólares en total, entre depósitos y otros gastos.
El juez Marra ordenó pagarles esta cifra más un millón de dólares en intereses, totalizando 5,7 millones. «Como el demandado no devolvió a los demandantes sus depósitos, cometió una ruptura de contrato», falló el juez el miércoles en un tribunal de West Palm Beach, próximo a Júpiter.
En esta zona se encuentra el club privado Mar-A-Lago, ahora apodado «la Casa Blanca de invierno», adonde irá a descansar el presidente este fin de semana en medio de protestas.