El organismo internacional, integrado por Bolivia, Colombia, Ecuador y Perú, también expresó su preocupación y solidaridad por el difícil momento que atraviesa la población del territorio peruano y deseó su pronta recuperación.
San Miguel apeló a la capacidad de resiliencia del pueblo peruano, «como lo ha demostrado a lo largo de su historia de valentía y dignidad».
La CAN indicó que se encuentra atenta a cualquier requerimiento de apoyo que pueda surgir a través del Comité Andino Ad Hoc de Prevención de Desastres (Caprade).
El organismo también se ofreció a realizar de intermediario en las gestiones con los cuatro países miembros para coordinar ayuda si así lo considera pertinente el Gobierno peruano.
Además de los 62 fallecidos, las inundaciones también dejan en Perú 170 heridos, 11 desaparecidos, 72.000 damnificados y unos 500.000 afectados, además de puentes destruidos, carreteras cortadas y cortes en los suministros de agua y electricidad en sectores de diversas ciudades.
Las lluvias se dan por un atípico fenómeno climatológico de El Niño, que ha calentado inusitadamente la superficie marina del litoral peruano, lo que a su vez provoca intensas e inusuales lluvias en su costa desértica, que devienen en aniegos, desbordes de ríos y deslizamiento de tierras, conocidos en Perú con el término quechua «huaicos».