«Con la salida de Haití, el Gobierno brasileño analizará otras posibilidades de participación de nuestras Fuerzas Armadas en nuevas misiones de paz», afirmó el ministro de Defensa de Brasil, Raúl Jungmann, citado en un comunicado de la cartera.
Jungmann se pronunció sobre el deseo brasileño de participar en otras fuerzas de paz poco después de que el Consejo de Seguridad de la ONU acordara este jueves poner fin a su actual misión en Haití en octubre próximo y retirar a todos los cascos azules para dejar tan solo una pequeña presencia policial en ese país.
El último mandato de la Minustah de seis meses fue aprobado por unanimidad por los quince miembros del Consejo de Seguridad, tal y como lo recomendó el secretario general de la ONU, António Guterres.
Actualmente, la Minustah cuenta con unos 2.370 «cascos azules» y con unos 2.600 policías. Además de ser responsable por el mando militar, Brasil es el país que más cascos azules aporta a esta fuerza de paz.
La Minustah tendrá una sucesora, bautizada como Minujusth, que se centrará en apoyar a la policía haitiana, promover el Estado de derecho y vigilar el respeto de los derechos humanos. Esta nueva misión no tendrá personal militar y será mucho más reducida, compuesta por un máximo de siete unidades de policía constituidas y 295 agentes.
Según Jungmann, tras 13 años de operaciones en Haití, las Fuerzas Armadas brasileñas iniciarán ahora el plan de retirada de ese país, lo que no impide que en mayo próximo Brasil envié un nuevo contingente, de 970 militares, que será el último.
De acuerdo con el Ministerio de Defensa, con los dos contingentes enviados en 2017, compuestos por 1.940 soldados, Brasil envió a Haití un total de 37.500 militares, distribuidos en diferentes períodos.
La Minustah fue puesta en marcha en 2004 con el fin de apoyar a Haití después de que un movimiento armado derrocara al entonces presidente, Jean-Bertrand Aristide, y fue reforzada para ayudar al país a recuperarse tras el terremoto de 2010.