Bucaram dijo que «aquellos que piensan que porque tengo un marcapasos aquí debajo del músculo al lado de mi corazón me estoy muriendo, están equivocados, van a tener que esperar la voluntad de Dios porque llego más vivo que nunca y con más fuerza que nunca».
«Llego bien. Regreso fuerte», expresó el carismático político ecuatoriano en la sala de su apartamento, en el lujoso sector de Paitilla, a orillas de la Bahía de Panamá, donde estuvo asilado por 20 años y pasó sus últimas horas antes de partir esta madrugada hacia Ecuador.
El líder del extinto Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE) había asegurado públicamente que volvería a su país cuando prescribieran todas las causas que pesaban contra él, lo cual sucedió el pasado 20 de abril, cuando se cumplieron 20 años de la apertura del último de los procesos.
Ahora, sus planes inmediatos son los de ver a sus nietos y visitar la tumba de su hermano Adolfo, quien «ya no está».
«Regreso a mis hijos, a mis cosas personales, al comercio, a mi política», terreno en el que no descarta activarse porque, presumió, «estoy consciente de que nadie se puede abstraer de la presencia de Bucaram en Ecuador, estoy consciente de eso y estaré donde el partido (Fuerza Ecuador) me lo pida».
Destacó en ese sentido que «todavía hay generaciones de Bucaram para mucho tiempo, de este apellido que ha hecho historia 70 años en Ecuador».
Bucaram, destituido por el Congreso de su país por «incapacidad mental para gobernar» en 1997, agregó que está dispuesto a aspirar a ser prefecto o alcalde, incluso candidato a presidente, pero que de momento, aseguró, es «lo menos importante para nosotros».
«Es una cosa de segunda importancia, y de pronto aparece en el escenario alguien más importante», manifestó el veterano político quien, sin embargo, considera que «cometieron un gravísimo error» con él «al enterrarme como una semilla, porque se olvidan que las semillas dan frutos».
«El loco», como se le conoce por su extrovertida personalidad, reiteró que sus rivales no ganaron destituyéndolo porque, remarcó, «llego con una gran victoria en mi corazón, y es que jamás me entregué a mis vencedores, jamás, esa es mi gran victoria, nunca me incliné ante mis vencedores».
«No se gana absolutamente nada porque nunca van a acabar los Abdalá, nunca, porque donde haya un pobre habrá un Abdalá, donde haya una madre soltera, donde haya un campesino habrá un Abdalá, así que regreso más fuerte que nunca», afirmó.
Su hijo, Abdalá «Dalo» Bucaram, participó en las últimas elecciones presidenciales de Ecuador, en cuya primera vuelta quedó de quinto y resultó vencedor el oficialista Lenín Moreno.
Bucaram se exilió en Panamá por primera vez entre 1985 y 1987, tras su periodo al frente de la alcaldía de Guayaquil, y llegó incluso a ser encarcelado en Panamá acusado de narcotráfico.
Posteriormente, el expresidente ecuatoriano también buscó refugio en Panamá entre 1988 y 1990, y tras su destitución como presidente en 1997 volvió a obtener asilo en este país.
En abril de 2005 Bucaram regresó a Ecuador a raíz de que la Corte Suprema de Justicia anuló los procesos por corrupción en su contra, pero la crisis política llevó a la destitución, ese mismo mes, del presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez, quien fue su edecán durante su efímero Gobierno (1996-1997).
El expresidente ecuatoriano dijo que Panamá es «un paraíso» que lleva en su corazón y que lo único que podrá llenar el vacío que le deja su partida es el «amor profundo» que siente por Ecuador, pero que en cuanto pueda vendrá para nacionalizarse panameño sin dejar de ser ecuatoriano.
Fuente: EFE