El portugués «se ha aprovechado de una estructura societaria creada en 2010 para ocultar al fisco las rentas generadas en España por los derechos de imagen», indicó la fiscalía.
Ronaldo empleó una empresa en las Islas Vírgenes como «pantalla para ocultar a la Agencia Estatal de la Administración Tributaria la totalidad de los ingresos obtenidos por el denunciado», añadió el texto oficial.
La agencia de representación de Ronaldo había dicho antes que el jugador estaba al día en sus impuestos.
El fisco indicó el mes pasado que Ronaldo había ajustado sus declaraciones de impuestos y pagado 6 millones de euros adicionales (6,7 millones de dólares) en 2014.
El delantero del Barcelona Lionel Messi fue condenado el año pasado por fraude fiscal en impuestos impagados por sus derechos de imagen, pero se espera que no ingrese en prisión al carecer de antecedentes penales.
Ronaldo es una de las mayores estrellas del fútbol europeo y ha ayudado al Real Madrid a ganar dos títulos seguidos de la Liga de Campeones, además de ganar la Eurocopa con Portugal.
Abogados y asesores observaron hace dos años que el Ministerio de Hacienda de España había aumentado el control sobre los futbolistas. La interpretación de la norma había cambiado. Y las inspecciones se multiplicaban. De repente, se pusieron en duda estructuras de explotación de la imagen que habían sido aceptadas históricamente por la propia inspección y por los Tribunales.
Los inspectores de Hacienda echaron mano de un cambio legal de 2006 —el régimen de operaciones vinculadas, por el cual se valoran a precio de mercado las operaciones entre las partes vinculadas— y dejaron sin contenido el régimen especial de los deportistas.
Aunque la norma llevaba ya ocho años en vigor, hasta el 2014 no la habían aplicado al fútbol, que se regía por la regla 85/15, aprobada en 1996.
La modificación que introdujo el Gobierno en 2006 y comenzó a aplicarse hace dos años consideraba que las cantidades que cobraba el jugador a través de la empresa debía hacerlo a precios de mercado y eso, en realidad, suponía que el futbolista acabara tributando más.
La lista de futbolistas de primera fila señalados por escándalos fiscales, deudas o sociedades de dudosa utilidad ha ido creciendo en estos años. Aunque el de Messi sea el caso más sonado —no esperaba el entorno que fuera condenado y menos que la pena llegara a los 21 meses de prisión—, no ha sido el único jugador hallado culpable por fraude fiscal.
También lo fue su compañero en el Barça Mascherano, que aceptó una pena de 12 meses de cárcel en un juicio de 10 minutos; o Neymar, imputado por estafa y corrupción entre particulares, delitos derivados de su fichaje por el Barcelona, cuyo coste real fue de 94,8 millones, aunque el valor declarado fue de 57,1.
Otros jugadores como Adriano, Xabi Alonso, Alves o Milito (en la lista de morosos) están en el punto de mira. Aunque Ransés Pérez-Boga, presidente de los Inspectores de Hacienda pide distinguir los casos de Messi o Neymar, con estructuras societarias complejas radicadas en otros países.
No solo los futbolistas son observados con lupa, también los clubes. Siete de ellos han sido llamados esta semana por la Comisión Europea a devolver los 61 millones de euros de ayudas ilegales que recibieron del Estado.