Considerado como un «material militar», el gas lacrimógeno necesita de la aprobación del Gobierno para ser exportado, según dijeron a Efe fuentes del Ejecutivo, que admitieron la suspensión del envío a Venezuela.
El Ministerio de Defensa, por su parte, aseguró a Efe que las cargas de gas, cuya venta fue negociada el pasado abril con la empresa brasileña Condor Tecnologías, con sede en Río de Janeiro, «no fueron embarcadas».
«Los últimos embarques se produjeron hace mucho tiempo por lo que el material que están utilizando en Venezuela no es nuevo», declaró la fuente.
Contactada por Efe, la empresa Condor Tecnologías No Letales, encargada de la producción del gas lacrimógeno, no se pronunció sobre el embargo de la carga.
El Gobierno brasileño atendió un pedido de los opositores venezolanos para suspender el envío del gas lacrimógeno, el cual, denuncian, es utilizado por las Fuerzas Armadas venezolanas contra los manifestantes.
Desde hace 80 días Venezuela se ha visto sacudida por una ola de protestas, a favor y en contra del Gobierno de Nicolás Maduro, que en algunos casos han desencadenado hechos violentos que se saldaron con 74 víctimas mortales y más de un millar de heridos, según datos de la Fiscalía.
Brasil ha condenado en reiteradas ocasiones «la escalada de la represión en Venezuela» y, en un comunicado emitido a comienzos de junio, la Cancillería pidió al Ejecutivo de Maduro que «respete la Constitución de 1999 y deje de cercenar libertades civiles y políticas».
Fuente: EFE
