El Secretario Ejecutivo de la Comisión Preparatoria de la Organización del Tratado para la Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (OTPCEN), Lassina Zerbo, aseguró que Ecuador se une al Sistema Internacional de Vigilancia que sirve a la comunidad internacional para evitar que se realicen ensayos nucleares y con ello ratifica su compromiso con la paz.

Agencia Andes

“Son 180 los países que se han adherido y 166 los que lo han ratificado el Tratado, eso quiere decir que más del 90% de los países le han dicho no y nunca más al tema de los ensayos nucleares. El Ecuador ha sido uno de los primeros países que ha firmado el Tratado y eso nos ratifica una vez más el compromiso ecuatoriano con la paz, la justicia y un mundo libre de armas nucleares”, señaló Zerbo,  quien realizó una visita a Ecuador y fue recibido por el Viceministro de Integración, Rolando Suárez.

El Ministerio de Relaciones Exteriores informó que Ecuador recibió la certificación para uso mundial de la Estación de monitoreo de Radionucleidos RN24 para la detección de ensayos nucleares e inauguró la Estación de infrasonido IS20, ambas ubicadas en las Islas Galápagos, como parte de su compromiso al suscribir el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (TPCEN) en 1996 y ratificarlo en 2001.

La Cancillería resalta que estos pasos los ha dado el país “convencido que la única garantía efectiva contra el empleo o la amenaza del uso de las armas nucleares es su total eliminación y prohibición”.

Precisa que la tecnología de vigilancia de radionucleidos es la única que puede confirmar si una explosión detectada y localizada por los métodos de forma de onda se debe a un ensayo nuclear y ubica el sitio de la posible explosión.

“Esta estación proporciona los medios para obtener pruebas fehacientes e indicios de una posible violación del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, ratificado por el Ecuador en 2001”, apunta una nota de prensa.

Se explica que a su vez, las estaciones de infrasonido detectan ondas de muy baja frecuencia, no detectables al oído humano, y pueden ser usadas para emitir alertas tempranas en caso de catástrofes naturales como erupciones volcánicas, terremotos, ruptura de glaciares, impactos de meteoros o maremotos.

El proceso para la operación de estas dos estaciones se realiza en dos fases: la de inauguración, en primera instancia, y la de certificación que se realiza luego de verificar el cumplimiento de los más altos estándares tecnológicos para su utilización a nivel internacional. El Instituto Oceanográfico de la Armada (INOCAR), está a cargo de la instalación y posterior operación de ambas estaciones.

“Yo estoy muy complacido con los resultados que hemos tenido, a la vez que impresionado pues nos han reportado que INOCAR ha tenido un excelente manejo de los estándares con lo cual estamos seguros que próximamente se podrá certificar la segunda estación”, precisó el titular de la OTPCEN.

Las estaciones de monitoreo se ubican en lugares con poca contaminación acústica y captan cambios minúsculos en la presión atmosférica, por ello se encuentran en áreas protegidas. Al respecto, un informe de la Dirección del Parque Nacional Galápagos concluyó que “la operación rutinaria no tiene ningún tipo de riesgo de emisión de gases o partículas a la atmosfera. No existe peligro de contaminación: el equipo es pasivo y no produce residuos o líquidos secundarios”.

Otras instalaciones similares existentes en áreas protegidas son la Estación Sísmica, de Infrasonido y de Radionucleidos, en las Islas Juan Fernández (Isla de Pascua), Chile; Estación de Radionucleidos en Mawson, Antartica y la Estación de Radionucleidos RN78 e Infrasonido IS58 en Midway Island, Estados Unidos.

Hasta el momento, los países que no han ratificado el TPCEN son Irán, Israel, Egipto, Corea del Norte, India, Paquistán, China y Estados Unidos.